CNDH: Exige justicia y transparencia en el caso del Rancho Izaguirre

Urge esclarecer crímenes y garantizar derechos de las víctimas y sus
familias
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) condena
enérgicamente los crímenes ocurridos en el Rancho Izaguirre, en
Teuchitlán, Jalisco, así como las graves omisiones de las autoridades
municipales y estatales en la protección, investigación y debida
diligencia de los delitos cometidos en ese lugar.
En días recientes, el Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco
descubrió en el Rancho Izaguirre restos humanos, hornos y diversos
elementos que sugieren la existencia de un sitio utilizado para retener
y explotar a víctimas de trata de personas y llevar a cabo asesinatos y
la posterior desaparición de sus cuerpos. Entre los hallazgos se
encuentran pilas de ropa, documentos e información que podrían estar
vinculados con personas desaparecidas. Estos indicios apuntan a la
posibilidad de que las víctimas hayan sido captadas, retenidas y
explotadas en condiciones de extrema violencia y deshumanización.
Lo más alarmante es que este descubrimiento se produjo seis meses
después de que las autoridades locales, con apoyo de la Guardia
Nacional, realizaran un operativo en el mismo lugar sin llevar a cabo
una investigación exhaustiva. Las omisiones en el aseguramiento del
lugar, la cadena de custodia y la falta de seguimiento a denuncias
previas, reflejan una negligencia reiterada por parte de las autoridades
responsables, lo que ha permitido que estas prácticas criminales
continúen en la impunidad. Esta inacción ha sido un factor clave para
que redes de delincuencia organizada operaran con libertad, perpetuando
ciclos de violencia y explotación.
Es imperativo atender esta situación, puesto que debe ser parte del
esfuerzo de Estado, que actualmente se lleva a cabo, para brindar nuevas
vías de desarrollo a las personas jóvenes en el país, donde tengan más y
mejores oportunidades y no sean coaccionados y obligados a formar parte
de organizaciones delictivas como la única manera de sobrevivir.
Por nuestra parte, la CNDH ha llevado a cabo las siguientes acciones:
• Estamos trabajando en la elaboración de un informe especial sobre los
casos de fosas clandestinas, con el objetivo de contribuir al derecho a
la verdad, la justicia y la no repetición para toda la sociedad mexicana
• Solicitud y reforzamiento de las medidas cautelares que ya habíamos
interpuesto en favor de integrantes del colectivo “Guerreros Buscadores
de Jalisco” y sus familiares, a fin de evitar daños irreparables a sus
derechos de seguridad física, integridad personal y vida
• Atracción del caso del Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, por
la presunta violación a derechos humanos y en virtud de que existe una
repercusión al derecho a defender derechos humanos de integrantes del
colectivo “Guerreros Buscadores de Jalisco”
La CNDH subraya la urgencia de esclarecer estos hechos mediante una
investigación diligente, transparente y exhaustiva. Es fundamental
garantizar el derecho a la verdad, la justicia y la no repetición para
las víctimas y sus familias. Para ello, es indispensable que las
autoridades locales, estatales y federales asuman su responsabilidad y
actúen con la debida prontitud y eficacia. La sociedad de Jalisco y de
todo el país exige respuestas claras y contundentes frente a estos
crímenes, especialmente en un contexto en el que algunos medios de
comunicación e intereses particulares promueven la desinformación en
lugar de la transparencia.
Es importante contextualizar que, si bien se ha comparado este tipo de
violencia sistemática con los campos de exterminio nazis, poco tienen en
común, salvo que en ambos casos es preponderante la deshumanización de
los perpetradores para exterminar a seres humanos. Sin embargo, en la
Europa del siglo pasado el exterminio lo perpetró el Estado, como una
política de limpieza racial y exterminio de lo diverso. En México, el
desarrollo de estas prácticas de tortura y de desaparición fueron
durante gran parte del siglo XX prácticas que se ejercieron desde el
Estado, como lo hemos documentado en la Recomendación General 46/2022 y
en la Recomendación 98VG/2023 que abordan el periodo de la llamada la
“Guerra Sucia”; y este tipo de prácticas también se usaron durante la
“Guerra contra el Narco” de 2006 – 2016.
Actualmente, estas acciones son perpetradas principalmente por
organizaciones delictivas que operan en el marco de una economía
criminal, mismas que se encuentran documentadas desde los años 90 del
siglo pasado en diversos Estados de la república.
La CNDH hace un respetuoso pero enérgico llamado a las nuevas
autoridades de Jalisco para que investiguen a fondo estos hechos y
desmantelen las redes de complicidad que han permitido la impunidad de
estos crímenes durante décadas. Es imperativo que las autoridades actúen
con transparencia y apego a los derechos humanos, garantizando la más
pronta identificación de los restos humanos encontrados y su entrega
digna a los familiares. Asimismo, se debe establecer un registro preciso
de las fosas clandestinas, asegurar la cadena de custodia de las
evidencias y garantizar una participación adecuada y enmarcada en la ley
de las familias, en el proceso de búsqueda y justicia.
En este sentido, se recomienda implementar un mecanismo permanente que
permita informar de manera oportuna y constante a los familiares de las
personas desaparecidas sobre los avances en las investigaciones y los
hallazgos en las fosas. Este mecanismo debe incluir la participación de
las familias y organizaciones de víctimas, a través de un grupo de
supervisión y evaluación que garantice la transparencia y el acceso a la
información.
Además, es crucial que las líneas de investigación incluyan el delito de
trata de personas, y que se tomen medidas inmediatas para prevenir que
más víctimas caigan en estas redes criminales. Será muy útil, y además
un referente necesario, establecer protocolos claros para facilitar el
acceso de los familiares a las investigaciones, asegurando su derecho a
la verdad, la justicia y a las medidas de no repetición.
La CNDH también invita a las autoridades federales, como la Fiscalía
General de la República y a la Comisión Nacional de Búsqueda de
Personas, a brindar apoyo técnico y logístico para la identificación de
los restos y evidencias encontradas en Teuchitlán.
Finalmente, la CNDH reitera su compromiso con la defensa de los derechos
humanos y hace un llamado a todas las autoridades a actuar con la debida
diligencia, transparencia y respeto a los derechos de las víctimas y sus
familias. Estamos convencidos de que sólo a través de una acción
coordinada y decidida se podrá enfrentar y resolver hechos tan graves
como el que lamentablemente nos ocupa, y garantizar, sobre todo, que no
se repitan.
¡Defendemos al pueblo!