El Espasmo
muscular o calambre (del francés crampe, y este
quizá del franco *kramp; cf. rampa), es una
contracción repentina, sostenida e involuntaria de
un músculo o grupo de ellos, que cursa con dolor
leve o intenso, y que puede hacer que dichos
músculos se endurezcan o se abulten.
Puede darse a causa de una insuficiente oxigenación
de los músculos o por la pérdida de líquidos y sales
minerales como consecuencia de un esfuerzo
prolongado, movimientos bruscos o frío. En la
mayoría de los casos es inocuo y desaparece al cabo
de unos minutos (se lo conoce también como "tirón"
muscular).
El envenenamiento o ciertas enfermedades también
pueden causar calambres, particularmente en el
estómago. Suelen aliviarse o eliminarse realizando
ejercicios de estiramiento de la zona afectada,
descansando y, en casos más persistentes, tomando
algún tipo de relajante muscular o antiinflamatorio.
En el caso de las personas que realizan mucho
ejercicio o un ejercicio continuado es recomendable
tomar bebidas isotónicas, que contienen los iones
que necesitan los músculos para disminuir la fatiga
o recuperarse antes.
Los espasmos producidos en un cuadro de fibromialgia
cursan de la misma forma, pero su recuperación es
más lenta y casi siempre suele dejar contractura en
la zona espasmada.
Se debe distinguir el espasmo de la contractura
muscular. Esta última, aunque es también un
acortamiento doloroso e involuntario de un músculo,
es más duradera (su duración habitual es de entre
cinco y diez días) y menos dolorosa que un calambre
muscular; además, el alargamiento o masaje no alivia
los síntomas
Causas posibles de una contractura son un
sobreesfuerzo o movimiento brusco, malas posturas,
la tensión nerviosa (estrés), ejercicio excesivo o
sin calentamiento previo, y de forma menos
frecuente, frío o deshidratación, fibromialgia,
problemas psicoemocionales y otras patologías que
causan bloqueo muscular.
Tratamiento
Al primer signo de espasmo muscular, se recomienda
suspender la actividad e intentar estirar (ej.
dorsiflexion del pie si hay calambre en la pierna) y
masajear el músculo afectado.
En un principio, el calor ayuda a relajar el
músculo, aunque la aplicación de hielo puede servir
después de presentarse el espasmo inicial y cuando
el dolor se haya reducido.
En caso de que persista el dolor en el músculo, se
pueden utilizar medicamentos antiinflamatorios no
esteroideos y, en casos más graves, el médico puede
prescribir medicamentos antiespasmódicos o
relajantes musculares.
Después del tratamiento inicial, se debe determinar
la causa del espasmo para evitar que recurra y si
existe compromiso de un nervio irritado, es posible
que sea necesario recurrir a la fisioterapias o
incluso a una cirugía.
Pronóstico
Buen pronóstico gracias a los factores antes
mencionados: hidratación isotónica, anti-inflamatorios,
calentamiento antes de realizar una actividad física
o deportiva (calistenia), terapia manual (no es sólo
masajes, sino un abordaje integral de las patologías
músculo esqueléticas, articulares, etc.).
Y también cabe resaltar el uso de los distintos
agentes físicos en la terapia física y
rehabilitación. Sin embargo, si es que no se sigue
un buen plan de tratamiento no se llegará a
solucionar totalmente el problema de fondo
(patología en especial resultado de características
en particular de un paciente; solo se solucionará el
síntoma que es consecuencia de lo antes mencionado).
Situaciones que requieren asistencia médica
En caso de presentarse un espasmo muscular intenso
con un dolor incontrolable, se debe buscar
asistencia médica e, incluso, si los espasmos no son
intensos, el médico puede ayudar a modificar el
programa de ejercicios para reducir el riesgo de que
ocurran espasmos musculares en el futuro
|