DESDE MI SOFÁ: La concesión de bienes públicos

Obed Silva
Tijuana, B. C. 9 de febrero de 2025.- Durante los treinta y seis años
del período neoliberal PriAnista, se ejecutó una estrategia para
apropiarse de los bienes públicos con el objetivo de obtener pingües
ganancias.
En ese lapso se impulsó la doctrina que promueve que el Estado privatice
la prestación de servicios públicos e instituciones de bienestar social.
Al imponer el concepto de “más sociedad y menos gobierno” la derecha
panista obtuvo un triunfo cultural, implantando la idea de que el
gobierno es ineficiente y que por esa razón se debía entregar al sector
privado áreas estratégicas de la economía nacional como la minería, el
agua, electricidad y petróleo.
El impulso privatizador cobró plena vigencia en el zedillismo,
“concesionando” zonas de la seguridad nacional como el espectro
electromagnético, los puertos marítimos, aeropuertos, carreteras, vías
férreas y mar territorial.
Parte de la estrategia se fincó en que los gobiernos PriAnistas se
declararán en quiebra para poder abrir a la inversión privada desde
hospitales hasta prisiones.
En ámbito local sucedió lo mismo, el afán de riqueza llevó a qué se
otorgarán concesiones de servicios públicos, infraestructura y de salud,
que no cumplieron con el propósito de las mismas o que sirvieron para
obtener dinero del erario a cambio de nada.
Una visión distinta fue la impulsada por AMLO y que continuó la
Presidenta Sheinbam.
En marzo de 2023 el entonces presidente López Obrador, envió a la Cámara
de Diputados una iniciativa de Ley para “revocar concesiones, recuperar
bienes nacionales y declarar la nulidad de actos administrativos cuando
se determine que fueron otorgados mediante actos de corrupción o que
sean perjudiciales para el interés general”.
Bajo la anterior premisa, nuestra Presidenta erradicó el corrupto
esquema de APPs y a cambio impulsa un modelo de empresas públicas de
participación mixta en las que el sector privado y público invierten,
compartiendo los riesgos y las ganancias.
Los bienes públicos de uso común y los recursos naturales de propiedad
originaria de la nación, deben servir para expandir la riqueza y no como
ganancia de unos cuantos.
Con la 4T el concepto de bienes públicos “concesionados” cambió de
manera radical, ahora no solo se busca que cumplan con la prestación de
los servicios, sino que también produzcan ingresos destinados a los
programas de bienestar, instituidos para todos los mexicanos y
mexicanas.
Nomás por Joder
¿De qué servirá concesionar una larga avenida que desemboca en el caos
de un congestionamiento vehicular?
• El autor es abogado, servidor público y analista político.