Dolor o inflamación articular constante pueden ser
síntomas de artritis reumatoide
Es una enfermedad autoinmune, crónico-degenerativa
que, si bien no tiene cura, es susceptible de ser controlada;
especialista llama a evitar automedicación.
Las mujeres son más propensas, en proporción de 4 por cada hombre.
Alerta sobre los riesgos de consumir productos supuestamente naturistas,
como el llamado Artri King
El diagnóstico precoz de artritis reumatoide aumenta la efectividad de
tratamientos farmacológicos y terapéuticos existentes para ralentizar el
deterioro del tejido articular que causa la patología, afirmó la jefa de
la División de Reumatología del Instituto Nacional de Rehabilitación
“Dr. Luis Guillermo Ibarra Ibarra” (INRLGII), Angélica Hayleen Peña
Ayala.
En cambio, es irreversible el daño que haya al momento del diagnóstico,
como deformidad articular y limitación en la capacidad funcional, y hace
que el pronóstico sea mucho menos promisorio.
En este contexto, hizo un llamado para que, en coordinación con el
personal médico de primer contacto, y en caso de experimentar dolor o
inflamación en al menos una articulación sin causa aparente, acudan a
revisión con un especialista en reumatología porque puede tratarse de
artritis reumatoide y es indispensable que reciban tratamiento
inmediato.
Hasta 70 por ciento de los pacientes que llega al instituto nunca había
tenido contacto con un especialista en reumatología; de ellos, ocho de
cada 10 tienen una enfermedad reumática establecida, debido a que
transcurrieron, en promedio, cinco años para recibir el diagnóstico, y
eso empeora la calidad de vida en el mediano y largo plazos.
Angélica Hayleen Peña explicó que la artritis reumatoide es un
padecimiento autoinmune; esto significa que las defensas naturales del
paciente no atacan solamente a los agentes patógenos potencialmente
dañinos, como debería ocurrir en condiciones normales, sino al
organismo, en este caso, a la membrana sinovial de las articulaciones,
provocando inflamación y dolor.
Dijo que, en el mundo, la artritis reumatoide afecta entre 0.5 y 1.0 por
ciento de la población. En México existen estudios que muestran que en
algunas comunidades la prevalencia es de 1.6 por ciento.
La artritis reumatoide puede limitar funcionalmente a las y los
pacientes, por lo que el objetivo del tratamiento es detener su
progresión para evitar secuelas funcionales a largo plazo; “se trata de
una enfermedad crónica que no tiene cura, pero que se puede controlar de
forma satisfactoria”.
Enunció los factores de riesgo: antecedentes genéticos; ser mujer —en
proporción de cuatro por cada hombre—; la edad, debido a que se presenta
entre los 30 y 60 años; y tabaquismo.
Detalló que hay estudios que demuestran la relación directamente
proporcional entre la duración del consumo de tabaco en años y la
intensidad expresada en número de cigarros por día, con el incremento
del riesgo de desarrollar artritis reumatoide.
En la etapa inicial, la persona da poca importancia a los síntomas o los
enmascara tomando algún analgésico o desinflamatorio. Además, es muy
frecuente que, por recomendación de un vecino, un amigo o familiar, las
personas recurran a productos naturistas que sólo disfrazan la
enfermedad, y si bien hacen que la persona se sienta mejor de forma
temporal, después hay complicaciones, retrasan el diagnóstico y el
inicio del tratamiento.
Existen cerca de 80 enfermedades distintas que se manifiestan con
cuadros de artritis; no obstante, esta enfermedad reumatoide tiene
características clínicas, radiológicas y de laboratorio para el
diagnóstico por parte de la o el médico internista especializado en
reumatología.
El objetivo del tratamiento es que el sistema inmunológico funcione de
forma normal, particularmente la membrana sinovial de las articulaciones
para que deje de causar inflamación y dolor y, a largo plazo, reduzca
todo lo posible el daño.
Para las personas que acuden a solicitar atención médica cuando ya
tienen tejido articular dañado, existen técnicas quirúrgicas que ayudan
a recuperar cierto nivel de funcionalidad.
Detalló que existe un espectro amplio de recursos farmacológicos que
mejoran la calidad de vida de pacientes, entre ellos, los
antiinflamatorios especializados; analgésicos focalizados y los
antirreumáticos modificadores de la enfermedad como la azatioprina, el
etanercept el infliximab y la eflunomida.
Enfatizó en que la incorporación de los medicamentos biológicos al
inicio de este milenio marcó un antes y un después en el tratamiento de
la patología, con mucho mejor pronóstico en cuanto a funcionalidad y
calidad de vida.
Advirtió sobre los peligros de la automedicación en la artritis
reumatoide, específicamente el consumo de corticoides o esteroides como
dexametasona, betametasona o prednisona.
Asimismo, alertó sobre los riesgos de consumir productos supuestamente
naturistas, como el llamado Artri King que anuncia en su etiqueta que
contiene ortiga y ajo rey, cuando en realidad contiene corticoides, cuyo
consumo descontrolado y sin vigilancia médica puede ocasionar serios
efectos secundarios.
Sobre este producto, recordó que existe una alerta de la Comisión
Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y que
hay muchos otros en el mercado, por lo que aconsejó de manera enérgica
evitar su ingesta y, ante cualquier síntoma de inflamación y dolor de
las articulaciones, acudir con la o el reumatólogo, que es el
especialista competente.
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