La sangre que
se obtiene para procesamiento, almacenamiento y
transfusión en México debe cumplir los
lineamientos establecidos en la Norma Oficial
Mexicana NOM-253-SSA1-2012 para la disposición
de sangre humana y sus componentes con fines
terapéuticos, https://bit.ly/2EVoAir informó el
director del Centro Nacional de la Transfusión
Sanguínea (CNTS) de la Secretaría de Salud,
Jorge Enrique Trejo Gómora.
Las principales causas de la transfusión urgente
de sangre son los accidentes y traumatismos;
trastornos en la sangre; enfermedades como el
cáncer; hemorragias durante el embarazo y
algunos tipos de cirugías.
En entrevista por el 45 aniversario de que el
CNTS se constituyó como órgano desconcentrado,
Trejo Gómora destacó que el principal reto para
aumentar la donación altruista es hacer
conciencia de la posibilidad que tenemos todas
las personas de requerir una transfusión en
cualquier momento de nuestra vida por alguna
situación médica, y de la necesidad de
garantizar el abasto desde esa perspectiva.
El componente que más se transfunde en el país
es el concentrado eritrocitario; y el grupo de
sangre de mayor demanda es O positivo, que
también es el que más se dona.
En nuestro país, son potenciales donadores las
personas de entre 18 y 65 años, con peso
corporal de 50 kg o más, que cumplen los
requisitos que establece la NOM y son valoradas
favorablemente por el médico o médica del banco
de sangre.
El especialista precisó que el abasto se
mantiene habitualmente con la donación por
reposición; es decir, cuando se solicitan
personas donadoras a familiares de algún
paciente que requiere cirugía o algún
tratamiento médico, situación que debe ser
revertida por la donación voluntaria y altruista
con la participación de todas las instituciones
de salud del país.
La Organización Mundial de la Salud (OMS),
establece que la autosuficiencia se logra cuando
al menos uno por ciento de la población total de
un país dona sangre. En México sería equivalente
a poco más de 1.2 millones de personas.
A partir de 2020 se ha impulsado la difusión
sobre bondades y beneficios de la donación
voluntaria; en ese año se obtuvieron más de cien
mil unidades de forma voluntaria, cantidad que
representó 8.5 por ciento de toda la donación de
sangre. Se trata del porcentaje más elevado en
la historia de esta práctica, detalló.
También explicó que durante el periodo más alto
de la pandemia disminuyó 70 por ciento la
obtención de sangre, ya que México, como el
resto de los países, sufrió un descenso en el
flujo de donantes efectivos.
En 2021 inició la recuperación y en la
actualidad es similar a la que había antes de
COVID-19; sin embargo, México mantuvo el abasto
suficiente para responder a las necesidades
transfusionales, como resultado de la estrategia
de abasto, comunicación de riesgo, interacción
interinstitucional y participación comunitaria.
Como órgano rector de la medicina transfusional
en el país, el CNTS emitió recomendaciones de
bioseguridad para los bancos de sangre y
servicios de transfusión ante la transmisión
comunitaria de SARS-CoV-2.
Se aplicaron lineamientos técnicos para
protocolo de investigación relacionados con el
uso terapéutico de plasma proveniente de
donadores convalecientes de COVID-19. Asimismo,
se estableció el lineamiento técnico para la
selección y diferimiento de donantes de células
troncales hematopoyéticas con relación a la
infección por SARS-CoV-2 y la enfermedad COVID-19.
Se difundieron recomendaciones para la
continuidad de los servicios de sangre para la
atención no covid durante y después de la
pandemia en México.
EL CNTS realiza diversas acciones para
garantizar el abasto, que incluyen campañas en
redes sociales y radio destinadas a sensibilizar
a la población sobre la importancia de la
donación voluntaria y altruista; capacitación al
personal de salud sobre los procesos de
servicios de sangre y el uso adecuado, y
reacciones adversas, con el objetivo de generar
abasto y aumentar la seguridad en la
transfusión.
El CNTS establece la política nacional en
materia de autosuficiencia, calidad y seguridad
de la sangre, componentes sanguíneos y células
troncales para garantizar el acceso universal,
seguro y equitativo bajo los principios de
participación social, competencia técnica,
calidad de la atención médica, pertinencia
cultural y trato no discriminatorio.
Los objetivos de su labor están enfocados a
incrementar la seguridad sanguínea; garantizar
el acceso universal; evaluar la calidad y
capacidad técnica; actualizar las políticas y
estrategias del uso terapéutico de la sangre y
células progenitoras.
El primer antecedente de la política pública en
materia de transfusión sanguínea data de 1974,
con la operación del Programa Nacional de
Donación Altruista de Sangre; el 24 de noviembre
de 1982, el CNTS inicia actividades como unidad
administrativa de la Secretaría de Salud. En
1988 se descentralizó esta actividad e inició la
instalación de 31 Centros Estatales de la
Transfusión Sanguínea (CETS).
En 1989 se desarrolló el primer Programa
Nacional de Control de Calidad del Manejo de la
Sangre y Hemoderivados; en 2003 se determinó que
el CNTS debía fungir como ente organizador y
regulador de los servicios de sangre, con
funciones rectoras en la calificación biológica,
reservando la tarea de vigilancia sanitaria a la
Comisión Federal para la Protección contra
Riesgos Sanitarios (Cofepris).
En 2012 se publicó en el Diario Oficial de la
Federación la NOM-253-SSA1-2012 para la
disposición de sangre humana y sus componentes
con fines terapéuticos.
En 2014, México fue seleccionado por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) como
país anfitrión para la Región de las Américas
para la celebración del Día Mundial del Donante
de Sangre; en junio de 2022 nuestro país fue
distinguido por la OMS como sede del Día Mundial
del Donante de Sangre por sus logros en materia
de transfusión sanguínea. |