19 de agosto de 2022

 

El ¨Campito¨ convertido en feria

Ernesto Sosa Rocha

Otra faceta del ¨Campito¨, es que frecuentemente se instalaban ferias, con sus respectivos juegos mecánicos y una variedad de diversiones, que alegraban netamente mi corazón. Futbolitos, rueda de la fortuna, sillas voladoras, tiro al blanco, juegos de azar y algunas otras atracciones, que en su conjunto simplemente les decíamos ¨Los Jueguitos¨.

Por lo general cuando participaba con el tiro al blanco o las famosas canicas que tiraba a un conjunto de hoyos en una madera a desnivel que según donde cayera, sumaban la numeración y te sacabas un premio chico y el premio grande después de acumular muchos puntos, eran las típicas figuras de yeso del personaje de moda.

Definitivamente era el sitio predilecto para divertirme. Mirabas a ¨Johnny¨ dándole vueltas a los caballitos y a la rueda de la fortuna manualmente, junto a Enrique ¨El Ratón¨ Chávez, haciendo lo mismo por unas monedas o simplemente por el placer de pasearse gratuitamente. Ocasionalmente subían a los dos de contrapeso, para subir y bajar a la gente, antes y después de echar andar la rueda.

Un día domingo muy temprano, se presentó un temporal con vientos fuertes y llovizna, que tumbó la rueda de la fortuna, se trataba de una colita de ciclón que azotó a Mexicali en ese tiempo, los vecinos comentaban que si hubiera ocurrido de noche, se hubiera escenificado una terrible tragedia. Desde ese acontecimiento, mis padres me prohibieron asistir a la feria. Pero lo de siempre, en un descuido de ellos, ya estaba nuevamente en la ¨feria del peligro¨.

Como infantes, solíamos apoderarnos de los futbolitos, le introducíamos una moneda de 20 centavos de cobre, que al aplastarle nos daba mecánicamente tres pelotas blancas. Cuando se nos agotaban las monedas no sabíamos que hacer para continuar jugando. Pero la astucia de uno, nunca se hacía esperar, de tanto estarle estudiando la forma de jugar gratis, llegó intempestivamente la solución. Descubrimos Jhonny y yo, que introduciendo un cincho de lámina, por arriba del vástago metálico, que al aplastarlo, salían por arte de magia las tres pelotas. Y así duramos varios días jugando libremente, invitábamos a la mayoría a participar en la jugada, pero primero empezábamos a echarle monedas para despistar un poco y después sacábamos el cincho maravilloso.

Hasta que un día la persona que cuidaba y manejaba los juegos mecánicos, un güero ya mayor, de pelo largo y entrecano, descubrió a mi primo Víctor Eugenio ¨El Enano¨, jugando muy campantemente con sus amigos al futbolito, con el mentado cincho. Fue hasta ese día, que de forma fortuita se acabó nuestra diversión. El güero nos regañó molesto, con una risa forzada en su rostro, nos dijo: -¡Condenados chamacos!, con razón se me hacia bien raro que los miraba jugando a diario y cuando levantaba el futbolito para sacar el dinero, siempre agarraba muy pocas monedas, y yo los miraba entrados jugando casi todo el día, ¡Ah que chamacos!-, cuando miró con que instrumento lo hacíamos, no lo podía creer, nomás movía la cabeza de forma incrédula.

Los cinchos, los obteníamos de un almacén que estaba ubicado a tres casas del ¨Campito¨, un almacén dedicado a la distribución de colchones y aparatos electrodomésticos. Los cinchos se los quitábamos a las cajas de cartón que utilizaban para embalar los aparatos. Los trozaba con una pinza y la punta se la doblaba para agarrarla como mango y así poder hacerlo mas maleable, al introducirlo en la ranura debajo del vástago del futbolito.

Fotografía de mi primo Victor Eugenio Sosa Gonzalez (+) y mi amigo Juan ´´Johnny´´ Caballero Monge en los famosos jueguitos del campito de la Mineros y calle H de la colonia Industrial.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Contacto: reportemexico5.8@gmail.com y contacto@reportemexico.com Teléfono y WhatsApp 551 691 9601

 

 Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional.