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Desinformemos
Marcela Del Muro
10 junio 2023 0
La primera vez que se proyectó Ruido, en octubre de
2022, las cinco personas reunidas en el Auditorio Rafael
Nieto de San Luis Potosí enmudecieron. En las butacas,
Guadalupe Mendiola Acosta y Edith Pérez Rodríguez,
fundadoras del colectivo de búsqueda Voz y Dignidad por
los Nuestros, comenzaron a aplaudir sin poder contener
el llanto.
“Es muy real. Logras transmitir el dolor y la
indignación que sentimos”, le dijo Lupita a la directora
de la película, Natalia Beristain.
Originaria de Ciudad Valles, en la Huasteca potosina, la
abogada y administradora es hermana de Daniel Mendiola
Acosta, quien fue secuestrado y desaparecido el 7 de
noviembre de 2012 junto a su chofer, Gerardo Uribe
Rodríguez, en la carretera que cruza el municipio de El
Mante, en Tamaulipas.
Ruido narra la historia de Julia, interpretada por la
actriz Julieta Egurrola, una madre que inicia una
dolorosa búsqueda tras la desaparición de su hija que se
convierte también en un viaje de transformación
personal. En su camino, la protagonista recibe el apoyo
de mujeres que la “acuerpan” con su guía y consuelo,
pero no puede evitar ser testigo y víctima de la
violencia institucional y criminal.
El filme se estrenó en la 70 edición del Festival
Internacional de Cine de San Sebastián, donde recibió el
Premio Cooperación Española. Su lanzamiento mundial fue
en Netflix el pasado 11 de enero; según datos de la
plataforma, Ruido logró durante dos semanas alcanzar el
Top Ten de películas de habla no inglesa más vistas en
once naciones, como Argentina, Guatemala, El Salvador,
Honduras y México. Está disponible en 190 países.
Antes de filmar, la directora acompañó al colectivo a un
día de búsqueda en campo en un predio que fue utilizado
como crematorio, con fosas clandestinas, en el municipio
de Moctezuma, ubicado en el altiplano potosino;
posteriormente, invitó a diez de sus integrantes a
participar en su película. Ellas aceptaron con una única
condición: que se mostraran los rostros de sus
desaparecidos.
En una escena del filme, Julia acompaña a las madres,
hermanas y esposas de Voz y Dignidad por los Nuestros
durante una búsqueda. No necesitaron actuar; se estaban
interpretando a sí mismas.
El derecho de saber
Entre la hierba alta de un campo avanza un grupo de
mujeres con la mirada fija en el suelo. Edith observa a
la protagonista, que camina a su lado. Julia le pregunta
a la presidenta del colectivo si ha estado en muchas
búsquedas.
“Nueve años; dos semanas de búsqueda al mes. Quisiéramos
que el mes tuviera más semanas”, responde Edith; le
explica que busca a sus dos hijos, José Arturo y Alexis,
que desaparecieron el 14 de agosto de 2012 cuando
viajaban con su hermano Ignacio por la carretera que
atraviesa Ciudad Mante, acompañados de sus sobrinos Aldo
de Jesús y Milynali.
El mes en que su hermano Daniel fue desaparecido en esa
misma carretera, en noviembre de 2012, Lupita buscó a
Edith después de verla en un noticiero: la maestra
originaria del municipio de Tamuín se manifestó durante
una visita del entonces presidente Felipe Calderón a la
Huasteca potosina, exigiendo la búsqueda inmediata de
sus cinco familiares.
Desde ese día, Edith y Lupita son una mancuerna; juntas
construyeron los cimientos del colectivo Voz y Dignidad
por los Nuestros, fundado en 2015, que se centra en la
búsqueda de potosinos a lo largo y ancho de México y
está integrado por aproximadamente 400 familias.
“El colectivo se forma por el clamor de las familias que
estábamos solas, que no sabíamos a dónde acudir, que
íbamos con la autoridad y se nos negaba el derecho a
saber dónde estaban nuestros familiares. No se nos tenía
permitido nada”, relata Edith.
Durante aquellos años, Ruido comenzaba a gestarse. En
2012, Natalia fue asistente de dirección del actor
Daniel Giménez Cacho en la obra Misericordia de Hugo
Alfredo Hinojosa, interpretada por actrices de la
Compañía Nacional de Teatro entre las que figuraba
Egurrola, madre de la cineasta. Con esta pieza, en la
que se entretejen historias de mujeres que exigen
justicia por sus hijos y esposos asesinados o
desaparecidos, la directora intuyó que quería explorar
la temática para un proyecto futuro y, como primer paso,
comenzó a vincularse con familias que buscaban a sus
hijos e hijas.
“Por cinco o seis años, leía una nota por ahí y me la
guardaba, leía una nota por allá y la recortaba y la
pegaba en mi cuaderno, donde también iba vaciando todas
las cosas que me resonaban, tanto imágenes como
historias”, recuerda Natalia.
Cuando se sintió convencida y preparada para abordar el
tema de la desaparición de personas, buscó a su amigo,
el periodista y documentalista Diego Enrique Osorno,
quien es guionista de Ruido.
“Diego se convirtió en un portal que me permitió
conectar con más colectivas que él ya conocía. En aquel
momento, el proyecto era mera investigación para el
guion, para comenzar a sensibilizarnos y poder entramar
todas las historias que queríamos abordar en la
película”, explica la cineasta, quien se relacionó con
madres buscadoras de Nuevo León, Veracruz, Sonora y
Sinaloa.
Cuando el guion estaba escrito, comprendió que el filme
que quería hacer no sería honesto si eran actrices
quienes interpretaban los papeles de familiares de
personas desaparecidas. A partir de esta inquietud, se
concretó el acuerdo para que las buscadoras se
interpretaran a ellas mismas en la película.
Originalmente, la cinta sería filmada en el norte del
país, pero la pandemia de covid-19 cambió los planes. La
potosina Karla Badillo, productora de Ruido, propuso
rodar en su estado natal y comenzó a buscar alianzas
para que las locaciones del largometraje se concretarán
en el estado.
“Llegó un mensaje al Facebook del colectivo; al
principio nosotras pensamos que era una broma, pero
empezamos a preguntar y nos dimos cuenta de que sí era
real”, narra Lupita.
Las fundadoras de Voz y Dignidad por los Nuestros se
reunieron con Natalia; lo más importante para ellas, le
dijeron, era que la directora y su equipo conocieran a
las madres que lo integran y vivieran la experiencia de
una jornada de búsqueda en campo. Fue así como
acompañaron a las familias al municipio de Moctezuma;
recorrieron el ejido de Matanzas, un predio de varias
hectáreas que fue utilizado por el crimen organizado
como crematorio y donde trabajó el colectivo.
Natalia llegó al terreno, conoció las actividades que
realizan los peritos, las autoridades de búsqueda, la
Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional y
las familias. Y se sentó durante horas a escuchar las
historias y las inquietudes del colectivo. Para la
directora significó un golpe de realidad, pero también
un “momento de luz” que le permitió recrear en su
película una búsqueda, algo cotidiano para las madres,
hermanas y esposas que intentan hallar a su ser querido
desaparecido.
Las buscadoras observan una de las escenas de la
película, mientras al fondo aparecen los rostros de sus
familiares desaparecidos. (Voz y Dignidad por los
Nuestros SLP)
Un gran impacto
El equipo de Ruido encontró la locación ideal en la ex
hacienda de Gogorrón, en el municipio de Villa de Reyes,
donde grabaron la prospección de campo que realizaría el
personaje de Julia junto a las buscadoras. Esta
actividad es la primera exploración que se hace en un
sitio donde podrían existir restos humanos o indicios de
algún delito; si se produce un hallazgo, se programa una
búsqueda a la que acuden especialistas forenses,
personal de seguridad e integrantes del colectivo.
El llamado para la filmación fue en julio de 2021; desde
el primer momento, las buscadoras fueron arropadas por
todo el crew de la película, pero concuerdan en que la
conexión más fuerte se dio con Egurrola y la actriz
Teresa Ruiz, que interpretó a la periodista Abril
Escobedo, que acompaña al personaje de Julia e investiga
lo sucedido con su hija.
“La verdad, fue una experiencia muy buena para nosotras.
Después vimos la película y nos sorprendió, pensábamos
que nadie podía proyectar ese dolor y esa impotencia que
se siente cuando te dicen que tu familiar no está, que
se lo llevaron, y Julieta lo hace”, afirma Lupita.
Para la directora, Ruido no podía haberse filmado de
otro modo. Abordar un tema tan doloroso y poder
transmitir la angustia y el desconsuelo que provocan la
desaparición de un ser querido fue posible gracias al
trabajo de una actriz como Egurrola, que conecta
profundamente con sus personajes.
Natalia está consciente de que su interés por abordar
estas temáticas y acompañar a las familias es gracias a
la educación que recibió de su madre, quien ha apoyado
diversas luchas sociales y políticas, desde la denuncia
del “fraude electoral” de 1988 hasta la despenalización
del aborto, que se han visto reflejadas en sus
actuaciones en el teatro, la televisión y el cine.
“Es bien diferente ver en la pantalla los problemas que
enfrentamos cuando ocurre una desaparición en la
familia, [ver que] todos vivimos lo mismo: la
ineficiencia de las autoridades. Pero la película solo
retrata un poco de lo que se vive, la realidad es más
cruda”, señala Tere Medina, quien busca a su hija Perla
Guadalupe Padrón y a su yerno José Alberto Gallegos, que
fueron desaparecidos el 14 de junio de 2013 en el
municipio de Rioverde, en la zona media del estado.
Aunque Ruido muestra la realidad que se vive en México
al buscar a un ser querido ausente, no profundiza en
muchas de las experiencias y problemáticas que enfrentan
las madres.
“En campo, nosotras vivimos muchas cosas. Desde que
sales de tu casa, todo lo que tienes que dejar para ir a
una búsqueda. Pero uno no puede quedarse en la casa”,
refiere Tere, quien tras la desaparición de Perla se
encargó del cuidado de sus dos nietos. Tiene un
sentimiento de culpa, dice, porque tuvo que dejarlos, al
igual que a su hijo menor, pero como madre era su única
opción, pues si ella no buscaba a su hija, nadie más lo
haría.
Para su familia también es complicado: “Viven con miedo
y se preocupan mucho por mí”. En julio de 2022, Tere y
otras familias del colectivo fueron víctimas de un
ataque armado en Rioverde, cuando junto a funcionarios
de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas (CEBP)
hacían una prospección de campo en la periferia de la
ciudad y se toparon con una “casa de seguridad” de un
grupo criminal. Justo la actividad que las madres
realizan en Ruido.
La película refleja la violencia criminal y las
omisiones institucionales que padecen las integrantes de
Voz y Dignidad por los Nuestros. En el caso de Tere, por
lo que ha logrado averiguar, la investigación no
registra avances porque los señalados como perpetradores
de la desaparición fueron, o son, mandos policiacos que
colaboraban con el crimen organizado, mientras que
Marisela Torres, quien también participó en Ruido,
afirma que su hijo Édgar Daniel Hernández fue
desaparecido por sus compañeros de la policía municipal
de Rioverde el 16 de enero de 2011.
“No tenemos nada porque muchos de los implicados están
todavía en activo, trabajando como si nada hubiera
pasado. Y la comisión [CEBP] y los ministerios públicos
[del estado] no pueden hacer más porque esa gente está
infiltrada en las corporaciones. La impunidad en todo su
esplendor”, señala Marisela.
Hace unas semanas, las autoridades le notificaron que
existen tres osamentas que concuerdan con las
características de su hijo y con la temporalidad de su
desaparición. Los restos fueron encontrados entre 2011 y
2014, y desde entonces se encontraban en el Servicio
Médico Forense de Rioverde.
“¿Cuánto más tengo que esperar? ¿Otros doce años para
que me digan si es mi hijo o no? Si esos cuerpos estaban
ahí desde entonces, ¿por qué hasta ahora los van a
examinar?”, cuestiona Marisela.
Para Natalia fue fundamental mostrar la indignación y el
reclamo de las familias ante este tipo de negligencias.
Menciona que, sin lugar a dudas, el principal antagónico
de Ruido son las autoridades. Sin embargo, acompañar a
las madres en la búsqueda que hicieron en el ejido de
Matanzas la hizo comprender que existen funcionarios
públicos que son empáticos y que, dentro de sus
posibilidades, intentan hacer su trabajo lo mejor
posible.
Las familias del colectivo afirman que en las
instituciones de búsqueda de San Luis Potosí —la CEBP y
la Unidad para la Atención de Personas Desaparecidas de
la Fiscalía General del Estado— existen personas que
acompañan a las integrantes y se solidarizan con su
lucha, pero actualmente se encuentran rebasadas de
trabajo.
Integrantes de Voz y Dignidad por los Nuestros han
denunciado que el poco interés del gobierno estatal por
fortalecer las instituciones, brindar mejores
condiciones laborales a los trabajadores y garantizar un
presupuesto digno para realizar diligencias, ha
dificultado que las instancias de búsqueda cumplan con
su trabajo y ha entorpecido las pesquisas.
“Sí ha sido benéfico [la proyección de Ruido] porque
muchas personas que han visto la película ya tienen otra
perspectiva. No todo lo que nos dicen las autoridades es
real. Aquí en San Luis no hay suficiente personal y los
que están tienen una carga excesiva de trabajo. Por eso
las familias nos enojamos, porque además vemos que las
desapariciones no paran”, afirma Tere Castillo.
Para las madres, hermanas y esposas del colectivo que
participaron en la película, el regalo más grande que
recibieron de Ruido fue poder mostrar en sus playeras
los nombres y las fotografías de sus familiares
ausentes, y que se difundieran al final de la cinta.
“Nosotras hemos recorrido cada rincón del estado y gran
parte del país repartiendo volantes, colocando nuestras
mantas y, ahora, saber que sus rostros podrán ser vistos
en 190 países [a través de Netflix] nos da esperanza,
pero también fue un gran impacto”, señala Lupita
Mendiola. Un sentimiento que comparten las integrantes
del colectivo.
“Como dice la película: queremos que se haga ruido y que
no se deje de hacer ruido hasta que tengamos la justicia
en nuestras manos”, concluye Tere.
***
Marcela Del Muro es periodista mexicana freelance basada
en San Luis Potosí. Su visión se centra en temas de
derechos humanos, violencia de género, desaparición y
crisis ambiental.
***Foto de portada: Las integrantes del colectivo Voz y
Dignidad por los Nuestros durante la filmación de Ruido.
A la derecha, de pie, Edith Pérez. Atrás de Julieta
Egurrola, sentada al centro, están Guadalupe Mendiola
(der.) y Tere Medina. (Voz y Dignidad por los Nuestros)
Publicado originalmente en
A dónde van los desaparecidos |