El Padre Mateo
Calvillo de la Arquidiócesis de Moreria. fue
agredido gravemente. Ante los hechos escribió lo
siguiente:
“Estoy viviendo una experiencia que tuvo un
inicio trágico, relampagueante.
El hecho inicial. Las cosas sucedieron en tres
minutos. Fue un ataque profesional, me
bloquearon el carro me agredieron a golpes. El
agresor, debió ser un sicario, aunque no me
presento su credencial. Un psicópata, era muy
alto y fuerte, moreno, con entradas en el pelo,
tenía en los puños un arma, se dirigió a mí,
abrió la portezuela de mi auto me destrozó la
cara, dejándola con hemorragias terribles.
¿El motivo? Era un psicópata, ellos no razonan
ni tienen controles.
Venía yo del oriente, en Queréndaro, entrando al
pueblo.
En estos casos, hay que buscar ayuda en la
Iglesia, busque al señor cura, Rafael Juárez,
pronto estuvo conmigo. El director de la clínica
Asunción, doctor Gerardo Aguilar, ex entrenador
de aquel inolvidable equipo nuestro, BISONTES,
me atendió magníficamente.
Este ataque, yo lo había presentido, a todos nos
puede tocar, estoy tentado a decir: nos va a
tocar. Hay que ser conscientes y estar
preparados, estudiar nuestra reacción, una
equivocación puede ser mortal.
Me salió muy barato, si pienso en la suerte de
los hermanos jesuitas asesinados y en tantas
muertes y masacres.
Me siento honrado de ser hermano de las víctimas
de la violencia, inocentes, asesinados heridos
despojados de sus pertenencias, expulsados de
sus pueblos, de tantos muertos denunciados y de
los no denunciados, los hijos perdidos,
desaparecidos o enrolados con los narcos y
criminales, todos los inocentes que Andrés
Manuel no defiende porque anda dando abrazos a
los asesinos y protege a los narcos, “porque
también son seres humanos”.
Tengo un clamor a tres voces:
Primera voz ¡cuídense mucho, por favor! Tomen su
distancia de las bandas criminales, recójanse en
su casa…
Segunda voz: ¡Valoren a su gobierno! No más
teatro de política, con culto a la personalidad,
ideología, propaganda. Un espectáculo de pésima
calidad, sin arte. Ahora es la escena de las
elecciones. no más regalitos con los impuestos,
no más impunidad, etc. etc. que cumpla con su
deber: proteger la vida del ciudadano y sus
derechos. Esta afirmación es muy grave: la
Constitución los comanda al presidente.
Tercera voz: ¡Vuelvan a Dios, conviértanse,
háganlo el centro de su vida.
¿Les digo por qué? El estuvo conmigo y me salvo´.
De eso soy testigo agradecido y loco de
contento.”
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