Desde hace muchos años y por
tanto de muchas generaciones que vienen desde los sesentas del
siglo pasado a esta segunda década del siglo 21, las tribus
urbanitas se acostumbraron a una vida artificial, a la
“comodidad” de abrir un grifo y tener agua disponible, jalar una
palanca para eliminar sus heces y orines.
A insertar un contacto, presionar un botón o mover una palanca y
tener luz eléctrica sin problema alguna. Facilidades y benéficos
de una sociedad urbana, que acercaban a los seres humanos a
condiciones casi paradisiacas al confort de una sociedad
industrializada y moderna.
En el campo y en la periferia de las ciudades la realidad era y
sigue siendo en algunos lugares muy distinta; ahí en donde no
hay red de agua potable, en esos lugares a donde no llega el
suministro de energía eléctrica y en donde no existe el drenaje,
la vida es distinta.
La vida es más dura, más real, más palpable en cuanto a el
verdadero valor del agua, de la electricidad, de la producción
de mierda de nuestros cuerpos y de sus malos olores y riesgos
por su disposición, por la atracción de insectos y demás fauna
asociada a las condiciones de insalubridad.
Es decir, la ausencia de servicios de agua y drenaje hacen que
la gente entienda las dificultades de la vida misma. LAS TRIBUS
URBANITAS Y SUS GOBERNANTES, DEBEN ADQUIRIR CONCIENCIA DE LA
IMPORTANCIA DEL AGUA Y DE SU CUIDADO.
En las grandes urbes, hay niños que nunca han visto un rio, que
no conocen el cielo estrellado, que no han oído los rumores del
viento en las arboledas o en los riscos. Niños que saben que
existen las vacas y los chivos, los coyotes, pumas y las aves
silvestres, porque los han visto en sus dispositivos
electrónicos.
Pero no saben que esos y otros animales y plantas existen no
solo para servicio de la especie humana, sino que existen por
ser parte de ecosistemas tan antiguos como la vida misma y por
procesos de domesticación y de selección.
Pero retomo el tema del agua, en las ciudades, se crearon
sistemas administrativos y técnicos para garantizar el
suministro del agua potable y el tratamiento y manejo de las
aguas residuales. Para ello, las sociedades urbanas crearon a
través de sus órdenes de gobierno el cobro de impuestos,
servicios y derechos.
Cobraron a los usuarios tarifas por el consumo de agua y por el
uso de los sistemas de drenaje, hasta ahí todo bien. Se
planifico en estas urbes las zonas habitacionales, los parques
industriales, los desarrollos turísticos y claro que habría que
garantizarle el acceso al agua potable, al alcantarillado y al
drenaje.
Esto en base a una visión de suministro de fuentes de agua y la
planificación de su abasto con base a las fuentes de suministro
y a la demanda, considerando el crecimiento poblacional
estimado.
Del cobro de tarifas por el consumo de agua se debía garantizar
el mantenimiento de las redes de agua, el mantenimiento de
alcantarillas, de drenaje y de plantas de tratamiento.
En las leyes y normas se hablaba desde el siglo pasado de reusar
el agua tratada mediante la instalación de redes moradas para
usar el agua tratada en usos industriales, en el riego de
jardines y de algunos cultivos agrícolas.
Es decir, existía una visión de administración del agua. Pero
eso se quedó en papel. Por dos razones a mi ver: La exagerada
concentración de personas en las zonas urbanas que ocasiono un
mayor consumo y una mayor demanda de agua y dos el abandono del
mantenimiento adecuado de las redes de agua y drenaje asi como
del uso racional de las aguas tratadas.
Si a esto sumamos que los órganos de administración y
mantenimiento del agua dejaron de ser organismos técnicos para
convertirse en un espacio de acomodo y empleo de cuadros
políticos sin preparación para administrar y planear el uso del
agua, trajo como consecuencia la improvisación y el abandono de
una planeación estratégica del recurso agua.
El divorcio y falta de comunicación entre los estudios del clima
y el tiempo atmosférico, con la CONAGUA y de esta con los
organismos operadores del agua en los estados o municipios, ha
dado como resultado la anarquía urbana y la falta de planeación
del crecimiento de las zonas habitacionales, comerciales y
turísticas.
Resultado, desabasto de agua potable, colapso de las
alcantarillas y sistemas pluviales, colapso de los sistemas de
drenaje, Plantas de tratamiento obsoletas y sin mantenimiento,
contaminación de playas, arroyos y ríos con aguas grises y
negras.
En síntesis: CAOS EN MATERIA DE AGUA.
En el campo los permisos de agua y su uso, responden aun a
modelos agrícolas anacrónicos que desperdician mucha agua, esto
por falta de infraestructura hídrica y la carencia de una
asesoría técnico y de apoyos financieros para modernizar los
sistemas de riego.
Entonces, cuando sumamos sequias por fenómenos meteorológicos
como la Niña, la extracción excesiva de presas y pozos, la falta
de mantenimiento de las redes de agua potable, el nulo reúso de
las aguas tratadas y la burocracia e incompetencia de los
organismos operadores del agua. Tenemos como resultado una
crisis en el abasto de agua y esto trae como consecuencia
colapso de las empresas, enojo social y riesgo a la salud de la
población.
¿Hay soluciones a este problema y a esta crisis del agua? La
respuesta es sí. Pero se necesita en primer término, aceptar que
existe un grave problema. Establecer regulación y control de las
cuencas y cauces captadores de agua, evitando la extracción de
arena de arroyos y la tala de bosques y de matorral de montaña
en las partes altas de las cuencas.
Dar prioridad a la creación de áreas verdes, reforestar e
impedir la tala de nuestros bosques.
Limitar la autorización de más cultivos de vid y crear un
impuesto verde especial para reforestar las áreas adyacentes a
los valles vinícolas.
Implementar como practica obligatoria el reporte de la huella
hídrica de los distintos cultivos agrícolas y de industrias que
usen el agua como parte de su proceso de producción en zonas
áridas. (La huella hídrica de cualquier bien o servicio, es el
volumen de agua utilizado directa o indirectamente para su
producción, sumados los consumos de todas las etapas de la
cadena productiva)
Reorientar el abasto de agua, evitando otorgar permisos a
empresas que consumen demasiada agua en zonas áridas y con
abasto de agua insuficiente; instalar sistemas ahorradores de
agua en casas habitación y en industrias.
INVERTIR PARA RESCATAR A LOS ORGANISMOS OPERADORES Y
ADMINISTRADORES DEL AGUA.
Reusar el agua tratada, promover el desarrollo y crecimiento de
comunidades rurales evitando el gigantismo urbano de las
ciudades.
Los ciudadanos, las personas en general, deben entender que el
agua es un recurso vital y debe por tanto asumir conciencia de
su cuidado.
Las autoridades deben dejar de poner a políticos y amigos en los
puestos de conducción de los organismos operadores del agua.
Desarrollando y reconociendo a estos como entidades con personal
técnico de carrera, para evitar su remoción cada tres o cada
seis años.
Mediante el servicio civil de carrera. Evaluando su desempeño de
forma permanente.
PD1. (Desafortunadamente los gobernantes y los gobernados no
leen y no pretenden resolver este problema porque todos están
más metidos en obtener dinero a toda costa, en abstracciones
mentales de las redes sociales que los evadan de su realidad y
en un mundo de percepciones que no necesariamente tiene que ver
con la realidad.)
PD2. (si les intereso el tema pueden leer estas dos fuentes de
información:
AQUÍ
AQUÍ
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