22 de junio de 2022

 

“LA CRISIS DEL AGUA EN TIEMPOS DE SEQUÍA”

 

Desde hace muchos años y por tanto de muchas generaciones que vienen desde los sesentas del siglo pasado a esta segunda década del siglo 21, las tribus urbanitas se acostumbraron a una vida artificial, a la “comodidad” de abrir un grifo y tener agua disponible, jalar una palanca para eliminar sus heces y orines.

A insertar un contacto, presionar un botón o mover una palanca y tener luz eléctrica sin problema alguna. Facilidades y benéficos de una sociedad urbana, que acercaban a los seres humanos a condiciones casi paradisiacas al confort de una sociedad industrializada y moderna.

En el campo y en la periferia de las ciudades la realidad era y sigue siendo en algunos lugares muy distinta; ahí en donde no hay red de agua potable, en esos lugares a donde no llega el suministro de energía eléctrica y en donde no existe el drenaje, la vida es distinta.

La vida es más dura, más real, más palpable en cuanto a el verdadero valor del agua, de la electricidad, de la producción de mierda de nuestros cuerpos y de sus malos olores y riesgos por su disposición, por la atracción de insectos y demás fauna asociada a las condiciones de insalubridad.

Es decir, la ausencia de servicios de agua y drenaje hacen que la gente entienda las dificultades de la vida misma. LAS TRIBUS URBANITAS Y SUS GOBERNANTES, DEBEN ADQUIRIR CONCIENCIA DE LA IMPORTANCIA DEL AGUA Y DE SU CUIDADO.

En las grandes urbes, hay niños que nunca han visto un rio, que no conocen el cielo estrellado, que no han oído los rumores del viento en las arboledas o en los riscos. Niños que saben que existen las vacas y los chivos, los coyotes, pumas y las aves silvestres, porque los han visto en sus dispositivos electrónicos.

Pero no saben que esos y otros animales y plantas existen no solo para servicio de la especie humana, sino que existen por ser parte de ecosistemas tan antiguos como la vida misma y por procesos de domesticación y de selección.

Pero retomo el tema del agua, en las ciudades, se crearon sistemas administrativos y técnicos para garantizar el suministro del agua potable y el tratamiento y manejo de las aguas residuales. Para ello, las sociedades urbanas crearon a través de sus órdenes de gobierno el cobro de impuestos, servicios y derechos.

Cobraron a los usuarios tarifas por el consumo de agua y por el uso de los sistemas de drenaje, hasta ahí todo bien. Se planifico en estas urbes las zonas habitacionales, los parques industriales, los desarrollos turísticos y claro que habría que garantizarle el acceso al agua potable, al alcantarillado y al drenaje.

Esto en base a una visión de suministro de fuentes de agua y la planificación de su abasto con base a las fuentes de suministro y a la demanda, considerando el crecimiento poblacional estimado.

Del cobro de tarifas por el consumo de agua se debía garantizar el mantenimiento de las redes de agua, el mantenimiento de alcantarillas, de drenaje y de plantas de tratamiento.

En las leyes y normas se hablaba desde el siglo pasado de reusar el agua tratada mediante la instalación de redes moradas para usar el agua tratada en usos industriales, en el riego de jardines y de algunos cultivos agrícolas.

Es decir, existía una visión de administración del agua. Pero eso se quedó en papel. Por dos razones a mi ver: La exagerada concentración de personas en las zonas urbanas que ocasiono un mayor consumo y una mayor demanda de agua y dos el abandono del mantenimiento adecuado de las redes de agua y drenaje asi como del uso racional de las aguas tratadas.

Si a esto sumamos que los órganos de administración y mantenimiento del agua dejaron de ser organismos técnicos para convertirse en un espacio de acomodo y empleo de cuadros políticos sin preparación para administrar y planear el uso del agua, trajo como consecuencia la improvisación y el abandono de una planeación estratégica del recurso agua.

El divorcio y falta de comunicación entre los estudios del clima y el tiempo atmosférico, con la CONAGUA y de esta con los organismos operadores del agua en los estados o municipios, ha dado como resultado la anarquía urbana y la falta de planeación del crecimiento de las zonas habitacionales, comerciales y turísticas.

Resultado, desabasto de agua potable, colapso de las alcantarillas y sistemas pluviales, colapso de los sistemas de drenaje, Plantas de tratamiento obsoletas y sin mantenimiento, contaminación de playas, arroyos y ríos con aguas grises y negras.

En síntesis: CAOS EN MATERIA DE AGUA.
En el campo los permisos de agua y su uso, responden aun a modelos agrícolas anacrónicos que desperdician mucha agua, esto por falta de infraestructura hídrica y la carencia de una asesoría técnico y de apoyos financieros para modernizar los sistemas de riego.

Entonces, cuando sumamos sequias por fenómenos meteorológicos como la Niña, la extracción excesiva de presas y pozos, la falta de mantenimiento de las redes de agua potable, el nulo reúso de las aguas tratadas y la burocracia e incompetencia de los organismos operadores del agua. Tenemos como resultado una crisis en el abasto de agua y esto trae como consecuencia colapso de las empresas, enojo social y riesgo a la salud de la población.

¿Hay soluciones a este problema y a esta crisis del agua? La respuesta es sí. Pero se necesita en primer término, aceptar que existe un grave problema. Establecer regulación y control de las cuencas y cauces captadores de agua, evitando la extracción de arena de arroyos y la tala de bosques y de matorral de montaña en las partes altas de las cuencas.

Dar prioridad a la creación de áreas verdes, reforestar e impedir la tala de nuestros bosques.

Limitar la autorización de más cultivos de vid y crear un impuesto verde especial para reforestar las áreas adyacentes a los valles vinícolas.
Implementar como practica obligatoria el reporte de la huella hídrica de los distintos cultivos agrícolas y de industrias que usen el agua como parte de su proceso de producción en zonas áridas. (La huella hídrica de cualquier bien o servicio, es el volumen de agua utilizado directa o indirectamente para su producción, sumados los consumos de todas las etapas de la cadena productiva)

Reorientar el abasto de agua, evitando otorgar permisos a empresas que consumen demasiada agua en zonas áridas y con abasto de agua insuficiente; instalar sistemas ahorradores de agua en casas habitación y en industrias.

INVERTIR PARA RESCATAR A LOS ORGANISMOS OPERADORES Y ADMINISTRADORES DEL AGUA.

Reusar el agua tratada, promover el desarrollo y crecimiento de comunidades rurales evitando el gigantismo urbano de las ciudades.

Los ciudadanos, las personas en general, deben entender que el agua es un recurso vital y debe por tanto asumir conciencia de su cuidado.

Las autoridades deben dejar de poner a políticos y amigos en los puestos de conducción de los organismos operadores del agua. Desarrollando y reconociendo a estos como entidades con personal técnico de carrera, para evitar su remoción cada tres o cada seis años.

Mediante el servicio civil de carrera. Evaluando su desempeño de forma permanente.
PD1. (Desafortunadamente los gobernantes y los gobernados no leen y no pretenden resolver este problema porque todos están más metidos en obtener dinero a toda costa, en abstracciones mentales de las redes sociales que los evadan de su realidad y en un mundo de percepciones que no necesariamente tiene que ver con la realidad.)

PD2. (si les intereso el tema pueden leer estas dos fuentes de información:

AQUÍ

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