25 Enero 2022
Desde que
ómicron fue declarada variante de preocupación,
el 26 de noviembre de 2021, han surgido una gran
cantidad de especulaciones, suposiciones y
mitos, lo que dificulta tanto a los ciudadanos
como a los gobiernos tomar decisiones. Aquí
encontrarás la última información contrastada
por la Organización Mundial de la Salud.
Las especulaciones sobre ómicron se propagan
casi a la misma velocidad que la última variante
de preocupación del coronavirus.
Los datos epidemiológicos más recientes muestran
que estamos asistiendo a un rápido aumento de la
tasa de infección de COVID-19 en todo el mundo.
Desde que ómicron detectó por primera vez hace
apenas nueve semanas, se han reportado más de 80
millones de casos, más que en todo 2020.
La OMS ha rastreado los medios de comunicación,
las redes sociales y las búsquedas en internet
más habituales para abordar algunos de los mitos
que rodean a ómicron.
Mito: Todos los casos de ómicron son leves
Hecho: Ómicron parece ser menos grave que delta,
pero no debe considerarse leve
Varios países
han demostrado que la gravedad de la infección
por ómicron en sus poblaciones ha sido menor en
comparación con delta. Sin embargo, estos
estudios se han dado, sobre todo, en países con
altos índices de vacunación. Es demasiado pronto
para saber qué impacto tendrá ómicron en los
países con menor índice de vacunación y en los
grupos más vulnerables.
Mito: Como ómicron es menos grave, habrá menos
hospitalizaciones
Hecho: Ómicron supone un alto riesgo para los
sistemas sanitarios
Los datos actuales indican que ómicron se
propaga más fácilmente que delta. Aunque cause
casos de COVID-19 más leves, y un menor
porcentaje de enfermos acaben en el hospital.
Sin embargo, ante el elevadísimo número de
contagios, ese menor porcentaje supone una gran
cantidad de hospitalizaciones. Esto hace que los
sistemas de salud tengan más dificultades a la
hora de tratar a los pacientes tanto con
COVID-19 como con otros tipos de enfermedades.
Mito: Ómicron es igual que un resfriado común
Hecho: Ómicron es mucho más peligroso que un
resfriado común
Ómicron no es como un resfriado común y hay más
posibilidades de que te lleve al hospital.
Personas infectadas con la variante ómicron
están siendo hospitalizadas y han muerto como
consecuencia de ella. Además, las personas que
se contagian con ómicron y se recuperan también
corren el riesgo de desarrollar COVID
persistente.
Mito: Las
vacunas no funcionan frente a ómicron
Hecho: Las vacunas ofrecen la mejor protección
disponible contra ómicron
Las vacunas siguen protegiendo contra la
enfermedad grave y la muerte en casos de COVID
causados por ómicron, al igual que ocurre con
las otras variantes aún en circulación. Hasta
ahora, la tasa comparativamente más baja de
hospitalizaciones y muertes se debe en gran
parte a que muchas personas ya están vacunadas.
La vacunación estimula la respuesta inmunitaria
del organismo frente al virus, lo que no sólo
nos protege de las variantes actualmente en
circulación, sino que también es probable que
nos proteja de enfermar gravemente por futuras
mutaciones de COVID-19.
Mito: Las personas no vacunadas no enfermarán
gravemente por ómicron
Hecho: Las personas no vacunadas son las que
corren más riesgo de contraer ómicron
La gran mayoría de los hospitalizados en países
en los que ómicron se ha convertido en la
variante dominante son personas sin vacunar. Si
no se toman medidas para interrumpir la
transmisión de COVID-19, la variante ómicron se
extenderá con una velocidad sin precedentes y,
al igual que en la oleada de delta, las personas
no vacunadas serán las más afectadas. La
principal recomendación de la OMS sigue siendo
vacunarse cuando te toque, incluyendo una dosis
de refuerzo si te la ofrecen.
Mito: Si ya he
pasado el COVID, tengo inmunidad frente a
ómicron
Hecho: Ómicron puede reinfectar a las personas
que han tenido previamente COVID-19
Si se ha tenido COVID-19 anteriormente, hay que
vacunarse de todos modos, ya que la reinfección
por ómicron sigue siendo posible, con el riesgo
de enfermar gravemente, transmitir el virus a
otras personas o desarrollar COVID persistente.
Vacunarse, tanto si se ha tenido COVID-19 como
si no, es la mejor manera de protegerse a uno
mismo y a los demás de enfermar gravemente y
morir.
Mito: Las dosis de refuerzo no son efectivas
para evitar enfermar de gravedad con ómicron
Hecho: Las dosis de refuerzo son eficaces para
aumentar la protección
La eficacia de las vacunas del COVID-19, al
igual que la de muchas otras vacunas, como la de
la gripe, disminuye con el tiempo, por lo que es
importante ponerse la dosis de refuerzo. Así se
está más protegido de desarrollar un caso grave
de COVID-19. Este consejo es especialmente
importante para los grupos de riesgo, como los
mayores de 60 años y las personas con problemas
de salud prexistentes. El personal sanitario
también debe recibir una vacuna de refuerzo
debido a su alto riesgo de exposición al virus y
al peligro de contagio a las personas
vulnerables a las que cuidan.
Mito: Las
mascarillas son inútiles contra ómicron
Hecho: El uso de mascarillas es una medida de
protección eficaz
Según las pruebas que tenemos hasta ahora, todas
las medidas preventivas que funcionan contra la
variante delta siguen siendo eficaces contra
ómicron y esto incluye el uso de mascarillas.
Ómicron se contagia con tanta facilidad que,
además de la vacunación, son necesarias todas
las demás medidas preventivas: usar mascarilla;
distanciarse físicamente; evitar los espacios
cerrados, o abarrotados; garantizar una buena
ventilación; toser o estornudar en el codo o en
un pañuelo de papel; lavarse las manos.
Mito: Al ser ómicron menos grave, nos acercamos
al final de la pandemia
Hecho: El fin de la pandemia aún no está a la
vista.
Es importante reconocer que aún nos queda camino
por recorrer para acabar con la pandemia. Con
los millones de infecciones que se están
produciendo en el mundo, es casi un hecho que
surgirán nuevas variantes de COVID-19.
Para lograr salir de la fase aguda de la
pandemia es fundamental cumplir el objetivo
fijado por la Organiación Mundial de la Salud de
vacunar al 70% de la población de todos los
países a mediados de este año y seguir tomando
medidas para reducir la transmisión.
“Vamos a vivir con el COVID-19 en el futuro
próximo, y necesitamos aprender a gestionarlo
con sistemas sostenidos e integrados de lucha
contra las enfermedades respiratorias agudas”,
dijo el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus, el
director general de la OMS. |