La Casa Estudio Luis Barragán, símbolo del compromiso
con el Patrimonio Artístico de México
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El Inbal y el Gobierno de Jalisco festejan el 20
aniversario de la inscripción como Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco de la casa que habitó uno de los más importantes arquitectos del
país
Se le considerada una obra maestra de la
arquitectura modernista del siglo XX que Barragán aportó al mundo
Fue una mañana emotiva donde la comunidad del ámbito
de la arquitectura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura
(Inbal) celebraron el 20 aniversario de la inscripción de la Casa
Estudio Luis Barragán en la Lista de Patrimonio Mundial de la Humanidad
por la Unesco, con una mesa de reflexión sobre el legado de uno de los
arquitectos más importantes del país y quien con su obra sigue
enalteciendo el Patrimonio Artístico de México a nivel mundial.
El Inbal y la Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio
Artístico Inmueble (Dacpai), en colaboración con el Gobierno de Jalisco,
a través de la Secretaría de Cultura local y la dirección de la Casa
Estudio Luis Barragán, llevaron a cabo este festejo en la Sala Manuel M.
Ponce del Palacio de Bellas Artes en el que estuvieron presentes la
subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble, Dolores Martínez
Orralde; la directora de Patrimonio Mundial del INAH, Luz de Lourdes
Herbert Pesquera; el representante Unesco en México, Andrés Morales; la
secretaria de Cultura del Estado de Jalisco, Lourdes Ariadna González
Pérez; el presidente de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis
Barragán, Fernando Ituarte, y el director de la Casa Estudio Luis
Barragán, Guillermo Eguiarte.
En la mesa de reflexión por el 20 aniversario de la inscripción de la
Casa Estudio Luis Barragán en la Lista de Patrimonio Mundial de la
Unesco, la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López, reconoció
que es una gran responsabilidad que esta conmemoración en el Palacio de
Bellas Artes, porque la Casa Estudio Luis Barragán es un símbolo del
compromiso de México y de la humanidad con el patrimonio artístico del
país y especialmente del aporte de Luis Barragán, a quien consideró no
solo un gran arquitecto, sino también “un poeta de los espacios, un
maestro capaz de explorar la luz y el color, y un ferviente defensor de
la integración entre la arquitectura y la naturaleza”.
Nadie como él tenía la capacidad de fusionar la línea del horizonte del
mar con la línea del trazo arquitectónico para poder transitar a un
estado de percepción armoniosa entre la construcción de ese imaginario
que es la arquitectura y la posibilidad de la sensibilidad humana en su
apreciación, en su manera de habitar esos espacios, agregó la
funcionaria federal, acompañada de representantes de la Unesco, de la
Secretaría de Cultura de Jalisco, del Instituto Nacional de Antropología
e Historia, así como de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis
Barragán y de la Casa Luis Barragán.
Al retomar palabras de Octavio Paz sobre Barragán, la directora general
del Inbal citó: “Barragán ha construido casas y edificios que nos
seducen por sus proporciones nobles y por su geometría serena; no menos
hermosa –y más benéfica socialmente– es su ‘arquitectura exterior’, como
él llamó a las calles, muros, plazas, fuentes y jardines que ha trazado.
La función social de estos conjuntos no está reñida con su finalidad
espiritual”.
La función social de estos conjuntos –agregó-- es importante para los
hombres y mujeres modernos que vivimos aislados y necesitamos
reconstruir nuestra comunidad, rehacer los lazos que nos unen a nuestros
semejantes y al mismo tiempo debemos recobrar el viejo arte de saber
quedarnos solos, el arte del recogimiento.
Al conmemorar este acto no solo honramos la memoria de Luis Barragán,
sino también celebramos su visión perdurable de una arquitectura que
trasciende el tiempo y sigue tocando nuestras vidas, “porque su obra nos
enseña que la verdadera belleza arquitectónica no reside solo en la
forma o la función, sino en la capacidad de los espacios para nutrir y
elevar el espíritu humano”, comentó la titular del Inbal.
En la mesa de reflexión, los representantes de las instituciones
involucradas en su designación como tal, expusieron diversos conceptos
acerca de dicho inmueble.
La subdirectora general de Patrimonio Artístico Inmueble del Inbal,
Dolores Martínez, extendió una felicitación a quienes trabajaron para
que esta declaratoria se llevara a cabo y a los que siguen trabajando
ahora para el funcionamiento de la Casa Luis Barragán y para mantener
viva la obra del arquitecto --uno de los más importantes del siglo XX y
reconocido en el mundo por su obra y talento--, sobre todo por mantener
vigentes su enseñanza y sus conceptos.
Recordó que Luis Barragán consideraba el ejercicio de la arquitectura
como un noble oficio, como “la cooperación y gran tarea de dignificar la
vida humana por los senderos de la belleza y contribuir a levantar un
dique contra el oleaje de la deshumanización y la vulgaridad”.
Bajo estas mismas premisas –añadió Dolores Martínez-- cabría reflexionar
cómo acercarse de diferentes maneras a la obra de Barragán para intentar
entender y sensibilizarse y aprender de cada una de ellas. “El aprender
en más de una visita a la casa las enseñanzas que nos deja este recorrer
los muros, el color, la luz y el sereno espacio que nos recibe y nos
ofrece toda una enseñanza de vida”.
“Hoy es un día para celebrar y hacer homenaje a Luis Barragán, y la
Unesco quería estar presente”, expresó por su parte Andrés Morales,
representante de la oficina de la Unesco en México, y recordó que
nuestro país es uno de los primeros y más cercanos miembros de ese
organismo internacional.
Destacó el papel toral que ha desempeñado México y sus instituciones
culturales al interior del organismo y sus iniciativas culturales “han
servido como fuente de experiencia para la elaboración de las
convenciones de patrimonio mundial, eso es importante, porque ha
contribuido así a la conceptualización de los ideales de la Unesco y en
el impulso de la cooperación cultural a lo largo de estos años”. En ese
sentido, subrayó que México tiene 35 sitios inscritos en la lista de
Patrimonio Mundial, tres de ellos en el rubro de Patrimonio Moderno.
Al destacar que la Casa Luis Barragán se inscribió en dicha lista “por
su valor universal excepcional, que tienen tal importancia cultural que
trasciende fronteras y generaciones”, mencionó la última recomendación
que hizo el Comité de Patrimonio Mundial al momento de la inscripción:
“Se alienta al Estado miembro a considerar la posibilidad de una futura
ampliación en serie del bien vinculado con otras obras de valor
universal excepcional del mismo arquitecto”.
Esto –añadió-- reconoce el amplio legado del arquitecto Barragán a la
arquitectura mexicana. El suyo es un legado vivo y altamente
significativo y es una clave esencial para entender una manera de
habitar el mundo, una habitabilidad que logró ser la síntesis de
aspiraciones estéticas y funcionales que al día de hoy son plenamente
vigentes.
Luego subrayó: “Motivados por un propósito prospectivo estamos
convencidos de la importancia de continuar analizando las líneas que den
la pauta de los esfuerzos de cooperación en favor de la investigación y
la salvaguarda del patrimonio mueble e inmueble en México, al tiempo que
consideró que “es necesario poder analizar el papel del patrimonio de la
arquitectura moderna como forma de cooperación mundial, como partitura
de la multiculturalidad y como laboratorio de ideas en beneficio de la
conciliación de las naciones. La Casa Estudio de Luis Barragán y su obra
cuentan con el apoyo permanente de la Unesco para seguir en los años
futuros”.
En su oportunidad, Fernando Ituarte, presidente de la Fundación de
Arquitectura Tapatía Luis Barragán, dijo que celebrar este aniversario
permite reflexionar acerca de la importancia y pertinencia de preservar
nuestra memoria construida, promover su resguardo y compartir las
emociones y consideraciones que de ella emanan.
Aseguró que la Casa Luis Barragán mantiene vivo el espíritu del
arquitecto tapatío a través de su luz y penumbra, la magia de su jardín
y el misterio construido en Tacubaya. Podemos afirmar que seguimos
aprendiendo con la obra del más ilustre arquitecto mexicano. Y si su
obra –como él mismo afirmaba— es autobiográfica, en su casa tenemos la
presencia de él mismo edificada. A 20 años de su inscripción en la lista
de Patrimonio Mundial quienes la visitamos podemos sentirnos tocados por
su carisma e inclusive imaginar que está hoy mejor que nunca y nos
compromete a seguir siendo un lugar de íntimo encuentro con la
arquitectura.
Por su parte, la secretaria de Cultura del Estado de Jalisco, Lourdes
Ariadna González Pérez, recordó varias anécdotas de sus visitantes y
consideró que la casa de Barragán guarda lo peculiar y la genialidad de
un hombre producto de la mezcla de su sencillez, la sofisticación, la
aguda mirada, la obsesión por el detalle y también que es un espacio
donde cabe el mundo emocional y sensible de un ser que habitó y disfrutó
de su tiempo.
En su participación, Luz de Lourdes Herbert Pesquera, directora de
Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia,
hizo notar que es singular la categoría de Patrimonio Moderno en la
lista de la Unesco como muestra de los que en nuestro tiempo lleva
consigo y abona a la creatividad humana. “Cabe señalar que tan solo 30
sitios han sido inscritos como Patrimonio Moderno en 18 países, de los
1,199 sitios reconocidos hasta este año en la lista de Patrimonio
Mundial”.
La casa representa la culminación y síntesis del pensamiento humanista
del arquitecto Barragán, construida en 1947. Ese ejemplo de la
genialidad del arquitecto concibió una adaptación regional de movimiento
moderno internacional en un diseño arquitectónico único.
Dijo que la casa se conserva con gran respeto, incluyendo la estructura,
materiales, mobiliario, objetos de arte, jardín y biblioteca originales.
Desde su apertura como museo, constituye un espacio al que miles de
personas han tenido acceso, un espacio que da cuenta del genio de su
creador.
Po ello mismo, consideró “necesario evaluar un plan de gestión y
conservación para el inmueble en donde uno de los componentes sean los
programas de conservación, formación, difusión y manejo de riesgos,
encontrándose en una zona conflictiva en materia urbana, en una zona de
alta sismicidad, haciendo énfasis en que la protección incluya a los
atributos asociados.
Dicho plan –agregó—debe ser un instrumento normativo que permita a los
gestores del bien la toma de decisiones, priorizando estrategias y que
de manera detallada establezca las acciones que se requieren para
prevenir, mitigar, controlar y corregir posibles impactos negativos y
ponderar las fortalezas con que se cuenta.
Al final de la sesión, los participantes coincidieron en hacer votos
porque la Casa Luis Barragán siga siendo un referente para la
arquitectura mexicana y del mundo entero.
La Casa Estudio Luis Barragán fue inscrita en la Lista de Patrimonio
Mundial de la Unesco el 4 de julio de 2004 en la ciudad de Suzhou,
China. La Casa fue el único sitio latinoamericano que quedó integrado en
la lista, ya que ese año fue únicamente México el país que dentro de la
región presentó algún bien para ser considerado. Las gestiones se
realizaron por la dirección de la Casa Estudio Luis Barragán, la
Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y la oficina de
Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura
por medio de la Dirección de Arquitectura.
El Comité de Patrimonio Mundial, en su vigésima octava sesión, por
unanimidad inscribió la Casa Estudio como Patrimonio Mundial por su
valor universal al ser una obra maestra dentro del movimiento moderno de
la arquitectura, que integra elementos tradicionales del patrimonio
vernáculo mediterráneo y mexicano, tanto filosófico como artístico, en
una novedosa y excepcional síntesis. La Casa Estudio, construida en
1947, en la zona de Tacubaya en la Ciudad de México, representa el
inicio del periodo más creativo de la carrera del arquitecto.
Asimismo, el Comité consideró que la casa es testimonio de un importante
intercambio de valores artísticos y estéticos que se desarrolló dentro
de la arquitectura en la segunda mitad del siglo XX. La obra de Luis
Barragán integra características modernas y tradicionales, además de ser
un ejemplo clave para la arquitectura contemporánea mexicana. Ha
ejercido una influencia significativa en el desarrollo de la
arquitectura y particularmente en la concepción de jardines y paisajes
urbanos en el Continente Americano.
Luis Barragán nació en Guadalajara, Jalisco, en 1902 y falleció en la
Ciudad de México en 1988. Fue ingeniero por formación académica y
autodidacta en arquitectura. En 1925 viaja extensivamente por España y
Francia y en 1931 se ubica en París, donde entra en contacto con Le
Corbusier. En 1980 recibió el Premio Pritzker (máximo reconocimiento
mundial en arquitectura). Entre sus obras se encuentran la Casa González
Luna en Guadalajara (1928), los Jardines de El Pedregal (1945 1950), la
Cuadra San Cristóbal, en colaboración con Andrés Casillas, (1967-1968);
la Capilla del Convento de las Capuchinas Sacramentarias en Tlalpan
(1952-1955), las Torres de Satélite, en colaboración con Mathias Goeritz,
(1957-1958), la Casa Gilardi (1976) y la Casa Meyer (1978).
A propósito de su casa, Luis Barragán escribió alguna vez: “Mi casa es
mi refugio, una pieza emocional de arquitectura, no una pieza fría de
conveniencia. Una composición emocional de arquitectura y no una obra
utilitaria e insensible".
La Casa Estudio Luis Barragán es copropiedad del gobierno del estado de
Jalisco y de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán y es
visitada diariamente por diversos perfiles de personas interesadas en
conocer esta obra maestra de la arquitectura del siglo XX. Para
visitarla es necesario realizar su reservación en la página oficial:
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