AVISPA MIDIA: El dilema de "La Encrucijada":El lavado
verde de la palma aceitera
Publicado por Avispa Midia
Por Santiago Navarro F. y Aldo Santiago. para Avispa Midia y CONNECTAS
14 de marzo de 2022
El cultivo de palma de aceite se expande agresivamente sobre Áreas
Protegidas, como la Reserva de la Biosfera La Encrucijada. En esta
región del Pacífico mexicano se han identificado, al menos, siete mil
hectáreas ilegales de esta planta exótica que el gobierno y las empresas
pretenden legalizar mediante la reducción de la Reserva y un certificado
de sustentabilidad.
Uno de los mayores tesoros ambientales de México es la Reserva de la
Biosfera La Encrucijada (REBIEN), que alberga un importante sistema de
humedales, con manglares de hasta 35 metros de altura. Sin embargo, son
amenazados por una enorme extensión de monocultivos de árboles de palma
aceitera que contrastan con la diversidad de la vegetación.
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La REBIEN se encuentra en la región costera del
estado de Chiapas, al sureste de México. Fue creada el 6 de junio de
1995 mediante un decreto presidencial y está regulada por un Programa de
Manejo publicado en 2000, el cual determina que en las áreas con
vegetación de manglar está prohibido realizar cualquier tipo de
actividades “que alteren el equilibrio ecológico”, salvo aquellas “de
preservación de investigación científica, monitoreo, educación y
capacitación, bajo una estricta normatividad y vigilancia”.
Ubicación de la Reserva de la Biosfera La Encrucijada(REBIEN), en el
estado de Chiapas, sureste mexicano.
No obstante, durante las últimas décadas, el equilibrio ecológico de La
Encrucijada ha sido alterado. “Adentro de la REBIEN hay más de 7 mil
hectáreas de palma cultivadas”, se queja Juan Carlos Castro Hernández,
actual director de la REBIEN, que forma parte de la Comisión Nacional de
Áreas Protegidas (Conanp).
Avispa Midia solicitó a la Conanp el informe y las georreferencias de
las plantaciones de palma aceitera registradas dentro de La Encrucijada.
La institución entregó dos bases de datos que reportan la presencia de
productores, así como palma dispersa en la Reserva.
Uno de los documentos, el Anexo Dirección Regional Frontera Sur, Istmo y
Pacífico Sur de la Conanp, aunque no indica año de elaboración, registra
que existen al menos 518 productores que cultivan palma dentro de la
REBIEN.
Los datos que brinda son conservadores, pues no contienen el registro
total de plantaciones de palma dentro de la Reserva, ya que a través de
imágenes satelitales se pueden identificar cultivos de palma que no
están incluidas en esta base de datos.
La Encrucijada tiene una dimensión de más de 144 mil hectáreas.
Cuenta con dos zonas núcleo, El Palmarcito y La Encrucijada.
Dos empresas que cuentan con plantaciones de palma están tramitando su
certificación como sustentable.
En los documentos solicitados a Conanp figuran al menos 518 productores
de palma dentro de la reserva.
Conanp también ha monitoreado dispersión de esta planta exótica por
otros factores como los flujos de agua y la fauna.
Incluso, Conanp, ha monitoreado plantaciones de la empresa Oleopalma.
Por su parte, Matilde Rincón, gerente de paisaje México de Earthworm
Foundation, confirma que han registrado 500 productores que cultivan
unas 7 mil 700 hectáreas de palma dentro de La Encrucijada. Esta
fundación trabaja con empresas y pequeños productores en Chiapas para
promover la sustentabilidad de este cultivo. “El sesenta por ciento de
ellos (productores en la Reserva) luchan por cumplir las normas de uso
de la tierra del gobierno”, detalla en su plataforma web.
La proliferación de grandes plantaciones de palma al interior de la
Reserva ha alertado a la Conanp desde 2014. De acuerdo con la
institución, estos cultivos se han extendido sin un protocolo por más de
33 mil hectáreas en la zona de influencia de la REBIEN, hasta provocar
la invasión de esta planta exótica hacia ecosistemas de manglares en las
zonas núcleo.
La palma es tan invasiva que se deberían regular hasta las plantaciones
que están afuera de la Reserva, “porque hay palma hasta en las orillas
de los canales y la semilla tiene la capacidad de migrar, ya sea por las
corrientes de agua, hipotéticamente también por fauna”, reconoce Castro,
el director de la REBIEN.
Otro documento proporcionado por la Conanp es una base de datos
denominada Registro de sitios de ubicación de palma africana en la
REBIEN 2014, 2015 y 2016. Ahí aparece Agroindustrias de Mapastepec S.A.
de C.V. (Agroimsa), una de las empresas que cultivan y procesan palma
aceitera en la región, la cual forma parte de Industrias Olepalma S.A de
C.V.
Estas mismas plantaciones vuelven a aparecer en otra base de datos
cartográficos elaborada por la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma
Sostenible (RSPO, por sus siglas en inglés), que registra un área
propiedad de Industrias Oleopalma, a través de su subsidiaria
Palmicultores San Nicolás, S.P.R. de R.L.
Esta área se extiende desde la zona de amortiguamiento, en el municipio
de Villa Comaltitlán, hacia el interior de una de las dos áreas de
restricción, en la fracción que corresponde al municipio de Huixtla: la
Zona Núcleo La Encrucijada; de acuerdo con el Programa de Manejo, esta
zona corresponde a “las áreas mejor conservadas y de mayor valor desde
el punto de vista ambiental, en donde prácticamente no pueden
realizarse actividades humanas”.
Existe una empresa más en el registro de RSPO. Se trata de Oleosur
S.A.P.I. de C.V., la cual, a través de su subsidiaria Plantaciones del
Soconusco S.A.P.I de C.V, también cuenta con plantaciones de palma
dentro de la zona de amortiguamiento de la REBIEN, en el municipio de
Villa Comaltitlán, una de las regiones con mayor cantidad del
monocultivo en la costa de Chiapas. Avispa Midia solicitó una entrevista
con Industrias Oleopalma quien aseguró que enviarian una respuesta vía
correo electrónico, la cual no llegó hasta el cierre de este reportaje.
También se le pidió una entrevista a Oleosur y mencionaron que
transmitirían la información para un directivo quien podría responder,
lo cual no sucedió.
Por su parte, la investigadora Claudia Ramos Guillén, quien ha
participado en estudios sobre las afectaciones de la palma aceitera en
América y Asia, asevera que la comercialización de la palma cultivada al
interior de la REBIEN merece “múltiples infracciones”.
La expansión de los monocultivos de palma aceitera a nivel global
acarrean graves afectaciones ambientales. Audio: Avispa Midia.
El propio Decreto de creación de la REBIEN describe una de las
violaciones a la ley. Puntualiza que cualquier explotación, extracción o
aprovechamiento de recursos naturales a su interior solo podrá otorgarse
conforme a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al
Ambiente (LGEEPA). Dicha norma prohíbe la introducción de especies
exóticas invasoras en las áreas naturales protegidas, la alteración a
los ecosistemas y, en zonas de amortiguamiento, no realizar actividades
que amenacen la estructura natural de las poblaciones y ecosistemas.
Procesadora de aceite, propiedad de Oleopalma, ubicada en la región de
influencia de la REBIEN. Video: Santiago Navarro F.
Certificación verde
En un recorrido por la Reserva, Avispa Midia encontró que, en medio de
cientos de plantaciones de palma, a orilla del río San Nicolás, se
encuentra una procesadora de Oleopalma. Se trata de la primera planta
que fundó esta empresa, en el año 2000, que está en el límite del área
de influencia de la REBIEN.
Según la Federación Mexicana de Palmicultores (Femexpalma), las plantas
procesadoras deben estar instaladas lo más próximo a las plantaciones,
ya que el tiempo máximo para extraer el aceite es de tres días. En el
país existen 18 instalaciones de procesamiento de la palma; Chiapas
concentra 12 de ellas. Siete de ellas están establecidas en la región de
influencia de La Encrucijada donde también se encuentra la procesadora
de Oleopalma.
Esta empresa es relevante para el mercado actual de este producto ya
que, en marzo de 2020, se convirtió en la primera empresa mexicana en
recibir la certificación conforme a los criterios específicos de la RSPO,
iniciativa que propone reducir los impactos negativos del cultivo de
aceite de palma en el medio ambiente y las comunidades.
La certificación RSPO surgió en Suiza en 2004, bajo el liderazgo del
Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), junto
a financiadores como la Corporación Financiera Internacional (IFC, por
sus siglas en inglés), miembro del Grupo Banco Mundial, y empresas
multinacionales que compran aceite de palma, como Cargill, Nestlé,
Unilever, PepsiCo y Procter & Gamble, entre otras.
Sin embargo, la RSPO ha sido criticada a nivel global por no cumplir con
lo que promete. La Agencia de Investigación Ambiental (EIA) publicó un
informe titulado “Preguntas ardientes: La credibilidad del aceite de
palma sostenible sigue siendo ilusoria”, que revelaba la existencia de
evaluaciones fraudulentas generalizadas por parte de la RSPO. También
documentaba que en las plantaciones de los miembros de la RSPO se habían
permitido prácticas laborales abusivas, tala de bosques, conflictos
territoriales e incluso tráfico de personas. En 2019, la EIA afirmó que
la RSPO aún no había tomado medidas significativas para solucionar estos
problemas.
Por su parte, el informe Destrucción: Certificada, publicado por
Greenpeace Internacional en 2020, hace hincapié en que, después de 30
años de la implementación en las cadenas de suministro, la certificación
de productos está sirviendo para el lavado verde empresarial. Matilde
Rincón dice que, a nivel global, la RSPO no permite comprar aceite que
provenga de un Área Natural Protegida; sin embargo, asegura que México
es la excepción porque está permitido que se cultive y se comercialice
la palma proveniente de La Encrucijada.
Un video publicitario de Earthworm Foundation señala: “Aquí en La
Encrucijada en Chiapas, el proveedor de Nestlé, que es Oleofinos, tiene
una presencia muy fuerte en esta región. Ellos compran la mayoría de
aceite que viene de La Encrucijada y después vende a Nestlé”.
Tanto Oleopalma como Olefinos forman parte de un conglomerado de 15
empresas que integran Grupo Oleomex, fundado en 1978 por el ingeniero
José Luis Pérez Martínez. Este grupo es el principal vendedor de aceite
de palma para las multinacionales Cargill, PepsiCo y Nestlé.
De acuerdo a su sitio web, Nestlé es miembro de la Earthworm Foundation
desde 2010, con quien trabaja con el fin de asumir “compromisos de largo
alcance para respetar a las personas y la naturaleza en sus cadenas de
suministro”.
Avispa Midia solicitó una entrevista con la trasnacional, la cual
sostuvo que sus voceros mantienen una agenda muy saturada. Mediante un
documento de relaciones públicas, Nestlé asegura que en México, “el 100%
de nuestras materias primas provienen de fuentes responsables”.
La empresa también remarca que el suministro de sus ingredientes en
México provienen de regiones con cero deforestación, como en el
“proyecto con Oleofinos y Earthworm Foundation en la producción de
aceite de palma en ‘La Encrucijada’”.
Por su parte, Juan Carlos Castro Hernández, el director de la REBIEN,
advierte que el Programa de Manejo de la Reserva no indica que esté
permitido el cultivo de la palma, pero que la institución a su cargo
tampoco lo prohíbe. Él argumenta que dicha prohibición perjudicaría a
los campesinos que ya estaban cultivando palma. “Posiblemente se
percibió que estaba permitida la plantación en la reserva, no lo sé”,
complementa.
El Programa de Manejo fue creado en 2000 y describe la importancia de
los ecosistemas en el área de la REBIEN para mantener los ciclos
ecológicos esenciales de la calidad de las aguas costeras. También
señala que la instalación de la agroindustria para la extracción de
aceite de palma ha contribuido al incremento de la contaminación de
ríos, lagunas y esteros.
Deficiencias del sello verde
El director de la REBIEN señala que la RSPO no elimina el riesgo de que
haya un “mercado negro” de aceite de palma, pues solo se conseguiría
cierto control en el suministro a las procesadoras y ello no asegura que
continúe la comercialización que incumpla la norma.
Aunque Matilde Rincón considera que esta certificación puede ser una
oportunidad para convencer a los productores a que implementen “buenas
prácticas” que les ayuden a certificar y vender su producto, también
coincide en el peligro de lo que denomina el “lavado de fruta”. Explica
que esto ocurriría si un productor con cultivos de palma en zonas
núcleo, que estuviera imposibilitado de comercializarla, vendiera su
producción a otro productor que sí cumpliera con las normas RSPO. Según
ella, para que esto no ocurra es necesario un trabajo de verificación
“parcela por parcela”, una labor que aún no se realiza “y que todavía
hay que hacer”.
Según el informe de comunicación anual de los avances RSPO del año 2020
de Oleopalma, esta empresa obtiene el 90% de la fruta que procesa por
parte de pequeños productores independientes, lo que dificulta la
supervisión del origen de la producción de palma. Por ello, desde 2018,
Oleopalma y Oleofinos, con el respaldo de PepsiCo, lanzaron el Programa
del Fondo de Apoyo para Pequeños Productores de la Mesa Redonda de
Palma de Aceite Sustentable. Su objetivo era capacitar a 157 pequeños
productores, quienes servirían como modelo de desarrollo sostenible para
la industria de la palma de aceite en México, en aras de impactar a 52
mil hectáreas de plantaciones.
Oleopalma también anuncia que cuenta con mecanismos especiales para el
trato de sus contaminantes, incluyendo los químicos usados en los
cultivos de palma. A su vez, “las cenizas se pueden utilizar como abono
orgánico o para hacer composta, disminuyendo los residuos y el uso de
agroquímicos”, argumenta en su informe de sostenibilidad 2020.
Sin embargo, Gabriela Madariaga, investigadora de la Universidad
Autónoma de Chiapas, realizó estudios en municipios del área de
influencia de La Encrucijada durante 2018 e identificó que el 80% de los
productores usaban fertilizantes químicos sin protección alguna y,
únicamente, 20% aplicaba productos orgánicos. Los químicos que más se
usaban eran el Triple 17 y el herbicida Paraquat, este último
considerado mutagénico y altamente tóxico para los humanos si es
ingerido. Su uso fue prohibido en 2017 por los tribunales de la Unión
Europea.
En 2021, aún se registraron deficiencias en la infraestructura
sanitaria, incluso en las plantaciones propiedad de Industrias Oleopalma.
Así lo constata un reporte elaborado por IBD Certificaciones, que en
marzo de ese año realizó una visita a las fincas de la empresa, en el
municipio de Mapastepec. En el lugar, encontraron que los trabajadores
no contaban con las debidas protecciones “para el momento de la
aplicación de los agroquímicos”. No obstante, la certificadora consideró
esto como un incumplimiento menor y otorgó la certificación RSPO para
cuatro plantaciones de la empresa ubicadas en la región de influencia de
la REBIEN.
Sumado a lo anterior, La Encrucijada se ve impactada por los residuos de
las procesadoras. “Por un lado están las afectaciones al medioambiente
por los agroquímicos, pero también está la contaminación por las
emisiones y residuos de las procesadoras que llegan hasta los
manglares”, subraya la investigadora Claudia Ramos Guillén.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es
responsable de fiscalizar las denuncias por contaminación provocadas por
el monocultivo de palma aceitera. No obstante, ha estado promoviendo su
propia certificación de las plantaciones a través del Programa Nacional
de Auditoria Ambiental (PNAA). Dicho programa es resultado de un
convenio con la Asociación de Industriales de Aceite y Mantecas
Comestibles (ANIAME), principal organismo promotor de la norma RSPO en
México.
A través del PNAA, la Profepa pretende que las empresas de la palma se
sometan “de manera voluntaria para conseguir alguno de los certificados
ambientales que expide la Procuraduría”, detalló en 2016 el entonces
subprocurador de Recursos Naturales, Ignacio Millán, durante un
recorrido por plantaciones de palma aceitera en Acapetahua, costa de
Chiapas.
Avispa Midia solicitó a la Profepa, vía acceso a la información, los
registros de inspecciones derivadas de denuncias por la afectación del
monocultivo de palma en la región de la costa y la zona de La
Encrucijada. Hasta el cierre esta investigación periodística no entregó
ningún documento.
Por otro lado, el Reglamento de la Ley Ambiental para el estado de
Chiapas establece que la Procuraduría Ambiental en el Estado de Chiapas
(Paech) es la encargada de verificar, inspeccionar y vigilar su
cumplimiento.
En entrevista, Alejandra Domínguez, jefa del área jurídica de la Paech,
explica que la dependencia sí ha hecho el seguimiento de las denuncias
derivadas de la actividad de las empresas de palma, sobre todo de las
procesadoras, a las cuales se han realizado visitas de inspección. Sin
embargo, no especifica cuáles han sido supervisadas y se muestra
sorprendida cuando se le pregunta sobre la presencia de plantaciones
propiedad de Oleopalma dentro de la REBIEN. “Estoy tomando nota de ese
punto para verificar, porque todas las (visitas) que se han hecho no
están dentro de Reserva, es un punto grave”, responde.
Plantaciones de palma aceitera se ubican junto a canales dentro de la
Reserva. Esta situación provoca la dispersión de las semillas de la
planta, las cuales migran hasta llegar a zonas de manglares donde
invaden el ecosistema. Video: Santiago Navarro F.
Reducir la REBIEN, solución del gobierno
En uno de los informes proporcionados por Conanp, elaborado en el marco
del Programa de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER) destaca que
la expansión de los cultivos de palma se debe al cambio de uso de suelo,
sobre todo en “áreas de Alto Valor de Conservación” al interior de la
Reserva.
La organización Pronatura Sur, quien elaboró este documento, también
señala que, para el acondicionamiento del área que permitiera la
instalación de los monocultivos, se realizó la apertura de drenes con el
fin de regular el exceso de agua y mantener las condiciones adecuadas
para el desarrollo de las plantaciones.
Según el Programa de Manejo, está prohibido el aprovechamiento forestal
y el cambio de uso de suelo al interior de la REBIEN sin autorización de
la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); por
ello, Avispa Midia solicitó, vía acceso a la información, el registro de
las autorizaciones emitidas durante la última década. La institución
respondió que “no se localizó alguna autorización, en materia de cambio
de uso de suelo en terrenos forestales expedida por esta Dirección
General, ubicada en la Reserva de la Biosfera de La Encrucijada, en el
estado de Chiapas”.
Conanp y Semarnat atribuyen el problema de la dispersión de la palma a
la falta de control por parte de los productores; por ello, han buscado
estrategias para legalizarla. Así, en octubre de 2015 presentaron el
Estudio Previo Justificativo para la Modificación de la Declaratoria de
1995 de la REBIEN, que pretendía desincorporar áreas donde hay cultivos,
ganadería y donde se práctica la pesca.
Ambas dependencias buscaban reducir la Reserva para regularizar la palma
de aceite, asegurando que “tiene por objeto adecuar la zonificación, en
particular las zonas núcleo a las que se incorporarán superficies con
ecosistemas en buen estado de conservación, y se desincorporarán
superficies en las que se realizan actividades agrícolas, ganaderas y
pesqueras”, subraya el documento al que tuvo acceso Avispa Midia.
Así, pretendían desincorporar una superficie de 3,376.85 hectáreas, de
las cuales 745.2 corresponden a la Zona Núcleo El Palmarcito y,
2,631.65 hectáreas a la Zona Núcleo La Encrucijada. Esta propuesta
quedó estancada.
De acuerdo con el reglamento en materia de Áreas Naturales Protegidas de
la LGEEPA, el siguiente paso para continuar con la propuesta de
modificación de la Reserva es la publicación del estudio previo para su
consulta pública, antes de proponer al Ejecutivo Federal su
modificación, lo cual no sucedió.
El actual director de la REBIEN dice que las familias que hoy cultivan y
dependen de la palma son muy visibles, ya que están insertas en
distintas actividades dentro de la cadena productiva, no solo con las
plantaciones, sino como transportistas o trabajando en las procesadoras.
“Hay una economía ya con cierta fuerza en la región alrededor de la
palma africana”, afirma. Además, enfatiza que no puede denunciar esta
situación, porque “se crearía un conflicto mucho mayor, social y
económico”.
En 2016, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) emitió la
Recomendación General 26/2016, para atender afectaciones en Áreas
Naturales Protegidas y los derechos humanos. Remarcó la degradación de
la REBIEN considerando que la gestión de la reserva enfrenta, “desde
unos años, la utilización de estos terrenos para el establecimiento de
plantaciones de palma de aceite”.
En ese mismo año, la Conanp, en lugar de fiscalizar las plantaciones,
contrató a la organización civil Naturaleza y Redes A.C. para realizar
el proyecto Fortalecimiento a la estrategia de control de palma africana
en la REBIEN que solo se enfocó en el problema de la dispersión. Con la
información obtenida en este proyecto se implementaron acciones para la
erradicación y control de individuos de palma aceitera que abarcó una
superficie de 11.5 hectáreas al interior de la Reserva.
Poulette Hernández, cofundadora del Centro de Derechos Humanos Digna
Ochoa, aclara que esta tarea no es nada fácil. Explica que la gente
tiene una idea equivocada, pues piensan que la palma es como cualquier
árbol, que se puede derrumbar y prender fuego para eliminarlo, cuando no
es así. El director de La Encrucijada, coincide en que la erradicación
de este cultivo no es nada sencilla. Explica que no se puede quitar con
machete y hacerlo con motosierra es muy complicado. Además, se debe
retirar todo el material del sitio, porque puede contaminar los
manglares.
Por parte de Conanp existe un registro público del desalojo, en enero de
2020, de lo que consideraba dos invasiones de personas, las cuales, de
acuerdo a la institución, amenazaban la zona de amortiguamiento y la
zona núcleo de la Reserva. En aquel momento, el director de la REBIEN
aseguró que se recuperaron 911 hectáreas donde se registraron
afectaciones debido a la introducción de especies exóticas como la palma
de aceite, rellenos y remoción de vegetación que estaban vulnerando el
ecosistema.
La solución de las empresas
En abril de 2019, durante una presentación realizada en Suiza, Clara
Rowe, quien entonces fungía como responsable para México y Centroamérica
de Earthworm Foundation, compartió parte de su trabajo en La
Encrucijada. En su exposición mostraba los resultados de un mapeo donde
identificaron 8 mil hectáreas de palma aceitera dentro de la Reserva.
Esta información fue resultado de una inversión entre dicha fundación,
Nestlé y Grupo Bimbo, para utilizar tecnología satelital que generaría
un “conocimiento detallado del uso actual de la tierra en La
Encrucijada”, difundió Earthworm Foundation.
Nestlé reafirmó lo anterior en su reporte de 2020, llamado
Abastecimiento responsable de aceite de palma, donde planteaba que el
objetivo de esta tecnología era “la planificación del uso de la tierra”
dentro de la Reserva.
Grupo Bimbo, también señaló que, junto al sector palmero trabajan
conjuntamente en “reuniones con la CONANP-Encrucijada para abordar el
tema de actualización del Decreto y Programa de Manejo”, según su
Política Global de Aceite de Palma de 2021.
Fragmento de la presentación de Clara Rowe a la Red medioambiental de
Ginebra. Abril, 2019.
“La meta es que podamos ayudar a financiar un proceso de actualización
del Programa de Manejo a través del gobierno y que eso ayude a legalizar
parte de la palma”, expresó Clara Rowe. Tras la pregunta expresa de un
asistente sobre si eso se traduciría en menos área de conservación,
respondió: “Sí, tienes menos área de conservación formal, pero la
realidad es que la palma ya está ahí”.
Los responsables de la expansión
Esta especie exótica no llegó por arte de magia a la Reserva. La palma
aceitera requiere de un clima tropical húmedo, con precipitación pluvial
idónea de 1,800 mm durante todo el año; por ello, la selva y la costa de
Chiapas –en esta última zona se encuentra la REBIEN–, son lugares
ideales para su expansión. Aquí, los volúmenes de precipitación anual
son de 2,000 mm y 2,400 mm, lo cual convierte a la región de influencia
de La Encrucijada como la más productiva de todo México para el cultivo
de palma aceitera.
Un estudio de la CNDH sobre Áreas naturales protegidas y derechos
humanos señala que el avance de este cultivo en la REBIEN no es
accidental, sino que “se trata de un cambio productivo fomentado desde
el gobierno del estado para varias regiones de Chiapas, teniendo como
consecuencia su expansión a tierras de este polígono de conservación (La
Encrucijada)”.
El director de la REBIEN, Juan Carlos Castro Hernández, se apresura a
subrayar que el crecimiento de la palma aceitera avanzó mucho antes de
que él asumiera su cargo. Agrega que no se ha fiscalizado debido a la
gran extensión de la Reserva “y quizá por la presión política”, aunque,
reitera, no tiene conocimiento de ello, pues fue un proceso que él no
atestiguó.
Lo que sí se sabe es que, entre 2007 y 2012, el gobierno estatal
promovió el cultivo mediante el Programa de Reconversión Productiva y
distribuyó gratuitamente cuatro millones de plantas sin supervisar dónde
serían cultivadas. Para ello, recibió 165 millones de dólares de la
Corporación Financiera Internacional (miembro del Grupo Banco Mundial).
En 2011, esta entidad otorgó otro crédito para continuar con la
expansión de la frontera agrícola durante dos años más.
El gobierno federal también impulsó la expansión del monocultivo, a
través de Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA).
Mediante el programa Incentivo de los estímulos a la producción, en
vinculación con Femexpalma, propuso dotar de infraestructura y paquetes
tecnológicos para incrementar la capacidad productiva de palma de
aceite.
Estos financiamientos estaban destinados, principalmente, a pequeños
productores. No obstante, también se beneficiaron empresarios que tienen
palma dentro de La Encrucijada. Por ejemplo, a través del Componente
Desarrollo Productivo Sur Sureste 2014 y 2015, los ganaderos Francisco
Reyero Fernández y Ariosto Pérez Luján recibieron diversos apoyos
promovidos por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
El gobernador Velasco, acompañado del empresario Francisco Reyero (a su
izquierda), durante la inauguración de la planta de Aceites Sustentables
de Palma en la región de Benemérito de las Américas, Chiapas. Marzo,
2018.
De acuerdo con información del Anexo proporcionado por Conanp, Reyero
Fernández es dueño de la mayor extensión de plantaciones de palma
aceitera al interior de la REBIEN, con una dimensión de 88.8 hectáreas,
un poco más de 19 veces el área del zócalo de la ciudad de México.
El apoyo de Sembrando Vida
El cultivo de la palma en la costa de Chiapas obtiene un nuevo impulso
con el programa de gobierno Sembrando Vida. El directivo de La
Encrucijada resalta que hay productores de palma de aceite que se han
“colado” y están cultivando palma dentro del Área Natural Protegida,
aunque “saben que tienen que quitarla”.
La gerente en México de Earthworm Foundation informa que hay productores
que están combinando sus cultivos de palma aceitera con cacao, como
parte de este programa gubernamental que pretende atender la pobreza
rural y la degradación ambiental en el país. “Los compañeros de
Sembrando Vida impulsaron un modelo de cultivo en el cual, dentro de la
palma, se empezó a sembrar cacao, entonces hay un cultivo
diversificado”, afirma Rincón, quien complementa que existe un
compromiso por parte de los productores de eliminar la palma “en algún
momento” si está en una zona donde no se permite dentro de la reserva.
En su documento Abastecimiento responsable de aceite de palma, de 2020,
Nestlé asegura que durante ese año trabajó en La Encrucijada, en planes
de gestión de fincas de palma con 52 agricultores que suministran a
cuatro procesadoras diferentes. “Se asoció con el programa de subsidios
del gobierno, Sembrando Vida, para medir los impactos económicos de su
experimento de cultivo intercalado con palma aceitera y cacao”, asevera
el texto.
En 2019, durante el Marco de análisis del Primer Informe de Gobierno, la
actual titular de Semarnat y entonces secretaria de Bienestar, María
Luisa Albores González, sostuvo que el estado de Chiapas es el más
beneficiado del programa Sembrando Vida, con 200 mil hectáreas. También
puntualizó que están trabajando de manera coordinada con Semarnat en
zonas de amortiguamiento de áreas naturales protegidas. “Es el caso de
la Reserva del Tatana, de la Reserva El Triunfo, de la Reserva La
Encrucijada, de Los Zapotes, de la Reserva de Montes Azules”.
Avispa Midia solicitó, a la Secretaría de Bienestar, el padrón de
productores beneficiados con el programa de Sembrando Vida ubicados
dentro de La Encrucijada. La institución respondió que no se encontró
información relacionada con la solicitud.
La expansión de la palma en México también cuenta con el apoyo de la
Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader). Su titular, Víctor
Villalobos Arámbula enfatizó en 2019 su respaldo a la industria palmera.
“La Sader es un aliado de los productores de palma de aceite, por lo que
juntos revertiremos las opiniones infundadas y negativas de su cultivo
con argumentos basados en la ciencia y la investigación, lo que
redundará en ampliar la producción de aceite”, expresó el funcionario en
una reunión con representantes de gremios palmeros.
El titular de la Sader, en reunión con representantes de la industria de
palma aceitera, se comprometió a impulsar este cultivo en el sureste de
México. Mayo, 2019.
demás, el actual gobierno de México, a través de la Sader y del
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
(Inifap), se han sumado a las metas de la transnacional PepsiCo a través
de su programa “Agrovita”. Durante un encuentro realizado en mayo de
2021, entre Villalobos Arámbula y directivos de PepsiCo Alimentos
México, encabezada por el presidente de la compañía, Roberto Martínez,
se anunció que dicho programa representaría una inversión de 20 millones
de pesos.
El objetivo principal de Agrovita es proveer acompañamiento técnico y
material vegetativo mejorado y resistente a plagas para mil productores
de plátano, cacao y palma de aceite en Chiapas y Tabasco. Ello se
traduce en un renovado impulso para la expansión de las plantaciones de
este monocultivo, principalmente en zonas que cuenten con las
condiciones climáticas, como la región costa, selva y zona norte de
Chiapas.
Incumplimiento a convenio internacional
Los informes de Nestlé destacan la importancia de los humedales y
marismas de La Encrucijada, ya que secuestran hasta 40 millones de
toneladas métricas de dióxido de carbono. Además, albergan gran
diversidad de especies, incluyendo varias en peligro de extinción. Por
ello, esta reserva cuenta con respaldo internacional al haber sido
declarada sitio RAMSAR el 20 de marzo de 1996.
La Convención sobre Humedales, conocida como la Convención de RAMSAR, es
un tratado ambiental intergubernamental establecido en 1971 por la
UNESCO. Sirve de marco a las acciones nacionales y de cooperación
internacional para conservar y hacer un uso racional de los humedales y
sus recursos.
Ni la declaración RAMSAR ni el decreto de creación de la Reserva han
impedido la degradación de humedales y manglares. La palma aceitera es
uno de los múltiples factores que, durante la última década, han
contribuido a la pérdida de casi 3 mil hectáreas solo de manglares en
toda la costa de Chiapas, como ha reconocido la Comisión Nacional para
el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).
Por tanto, Conabio alerta que es “imperativo” detener el avance de
plantaciones de palma aceitera establecidas los últimos 12 años “sobre
los pantanos y manglares en los municipios de Huixtla, Villa Comaltitlán,
Acapetahua y Mapastepec, impulsadas por la SAGARPA y el gobierno del
estado”, según reza el informe de 2020 titulado Inventario y monitoreo
del estado actual de los bosques de manglar de Chiapas y Oaxaca. Al
contrario, el directivo de La Encrucijada asegura que el convenio RAMSAR
no está en riesgo, pues no se han perdido manglares al interior de la
REBIEN.
Miguel Rivas, doctor en Ecología e integrante de la organización Oceana
México, afirma que, al estar dentro del convenio RAMSAR, la REBIEN
recibe recursos de fondos internacionales para su conservación, por lo
que, si no se cumple con las normas del convenio, se viola la
legislación nacional e internacional y dejaría de recibir
financiamiento.
En opinión del abogado Agustín Bravo, especialista en derecho ambiental
y consultor para Oceana México, la falta de protección del sitio RAMSAR
puede derivar en la salida del listado para el humedal en cuestión. Con
ello, explica, el incumplimiento del Estado mexicano se visibiliza a
nivel internacional. Incluso, particulares pueden demandar al Estado
debido a que la Suprema Corte de Justicia de la Nación considera como
obligatorio el cumplimiento de tratados internacionales como el Convenio
RAMSAR.
Bravo señala que la responsabilidad de protección a humedales y
manglares es de competencia federal para garantizar el derecho a un
medio ambiente sano. Estas atribuciones recaen directamente en la
Semarnat y en la Conanp. Incluso, enfatiza el abogado, los ecosistemas
de humedales tienen doble protección, pues también se les aplica la Ley
General de Vida Silvestre y la Ley General de Bienes Nacionales, lo
cual, lamenta, pasa desapercibido por su poca ejecución.
La historia de la REBIEN no es única en México. El estudio Cultivo de
palma de aceite en México, de la Dr. Anne Cristina de la Vega-Leinert
(miembro de Mexico vía Berlin y de la Universidad de Greifswald) y
Daniel Sandoval, entre otros autores, editado por el Centro de Estudios
para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), confirma que, tras años de
producción de palma en el país, se han afectado áreas protegidas en
Chiapas; principalmente, la Reserva de la Biosfera La Encrucijada y el
Parque Nacional Palenque.
El mayor problema, como asegura la investigadora Claudia Ramos Guillén,
es que estas políticas no se van a detener, porque hay millones de
dólares en juego y porque “la palma proviene de una política expansiva a
nivel internacional, afectando, sobre todo, ecosistemas como el de La
Encrucijada. Así que los gobiernos terminan por ajustarse a las
exigencias del mercado internacional”.
"El dilema de La Encrucijada: El lavado verde de la palma aceitera", es
una investigación de: Dentro de: Con el apoyo de:
“Este trabajo fue realizado por Santiago Navarro F. y Aldo Santiago para
Avispa Midia y CONNECTAS, en alianza con Pie de Página, dentro de ARCO,
con el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ) en el marco
de la iniciativa para el Periodismo de Investigación de las Américas.”
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