MONGABAY: México: organizaciones denuncian que obras
del Tren Maya han deforestado hasta el momento 6 659 hectáreas
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Publicado por Mongabay
Por Thelma Gómez Durán en 4 agosto 2023
Un análisis de imágenes satelitales, realizado por la organización no
gubernamental CartoCrítica, mostró que 10 831 hectáreas hoy son ocupadas
por obras relacionadas con el Tren Maya; 61% de esa superficie ha sido
deforestada.
La cartografía realizada por la organización también muestra que en 87 %
de las tierras deforestadas por el Tren Maya, el desmonte o tala se
realizó sin contar con una autorización de cambio de uso de suelo
forestal, como lo ordena la legislación ambiental.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) difundió
un comunicado en donde señala que las cifras presentadas son
“inexactas”. Organizaciones que presentaron las cifras señalan que todos
sus datos sobre deforestación se sustentan en "evidencia satelital".
Era diciembre de 2018. Andrés Manuel López Obrador solo llevaba unos
días como presidente de México y, en ese entonces, aseguraba que no se
iba a talar un solo árbol con la construcción de Tren Maya. Cinco años
después, un análisis de imágenes satelitales muestra que, al menos, se
han deforestado 6659 hectáreas como consecuencia de las obras realizadas
en torno al llamado Tren Maya, uno de los proyectos emblemáticos del
actual gobierno y que se construye en la Península de Yucatán, al sur de
México.
El análisis de las imágenes satelitales realizado por CartoCrítica
muestra que para junio de 2023 había 10 831 hectáreas ocupadas para
alguna obra relacionada con el Tren Maya, el 61 % de esa superficie fue
deforestada.
Eso significa que 6659 hectáreas que tenían cobertura forestal en 2018,
ahora lucen sin vegetación. En su lugar hay vías férreas o se construyen
estaciones, paraderos, zonas de electrificación, patios de maquinaria,
caminos de acceso o son áreas que se utilizan como bancos de material.
Las 6659 hectáreas deforestadas equivalen a casi diez veces el área que
hoy ocupa el Bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México, y casi 20
veces la superficie en donde se encuentra el Central Park de Nueva York,
en Estados Unidos.
En su análisis, presentado el pasado 2 de agosto, CartoCrítica también
destaca que el 87 % del área deforestada (5769 hectáreas) se desmontó o
taló ignorando lo que marca la legislación ambiental, ya que los
trabajos se realizaron sin contar con un trámite que pide la ley: la
autorización de Cambio de Uso de Suelo en Terrenos Forestales (CUST)
otorgada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Horas después de que CartoCrítica, el Centro Mexicano de Derecho
Ambiental (Cemda), el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura
Sostenible (CCMSS) y la Fundación Heinrich Böll dieran a conocer en
conferencia de prensa la herramienta cartográfica sobre el Tren Maya, la
Semarnat difundió un comunicado en donde señala que hay
“inconsistencias” en los datos presentados por las organizaciones.
Seis mil hectáreas que dejaron de ser Selva Maya
Para realizar el análisis sobre las afectaciones que el Tren Maya está
teniendo en la cobertura forestal de la Península de Yucatán,
CartoCrítica comparó imágenes satelitales de noviembre de 2018, mayo y
junio de 2023. Además, utilizó como referencia los datos de la Comisión
Nacional para Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) sobre la
cobertura de suelo que existía antes del tren. Toda la metodología está
disponible dentro de la herramienta cartográfica.
“No se tomó en cuenta la especulación de terrenos (que se está dando
alrededor en la zona a causa de proyecto férreo) ni la infraestructura
hotelera que se está construyendo”, explicó Manuel Llano, director de
CartoCrítica, durante la conferencia en donde se presentó la herramienta
cartográfica sobre el Tren Maya.
El análisis de las imágenes satelitales muestra que de la superficie
deforestada por las obras del Tren Maya, 4139 hectáreas eran selva baja
y mediana; 2246 hectáreas estaban ocupadas por selva mediana
caducifolia; 70 hectáreas eran manglar y petén (en la Península de
Yucatán se llama así a las islas de vegetación arbórea que se encuentran
en zonas inundables) y 11.4 hectáreas albergaban selva mediana y alta
perennifolia.
Las imágenes satelitales también permitieron identificar que los tramos
4 y el 6 destacan por ser los que registran la mayor superficie
deforestada hasta ahora. En el tramo 4, que va de Izamal a Cancún, se
han deforestado 1640 hectáreas; mientras que la construcción del tramo
6, de Tulum a Chetumal, ha provocado la pérdida de 1308 hectáreas de
cobertura forestal.
En la conferencia de prensa, Sergio Madrid, integrante del CCMSS,
mencionó que el Inventario Nacional Forestal señala que en los
ecosistemas de la Península de Yucatán una hectárea puede albergar un
promedio de 900 árboles. Si se toma ese dato como referencia, alrededor
de 6 millones de árboles se han talado en la región como consecuencia de
las obras del Tren Maya.
En febrero de 2023, en una respuesta a una solicitud de información, El
Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) —dependencia que está a
cargo del proyecto del Tren Maya— aseguró que se habían talado o
removido 3.4 millones de árboles por los trabajos realizados en los
diferentes tramos de la obra. De acuerdo con esa respuesta de Fonatur,
en los tramos 4 y 5 es donde más se han talado o removido árboles.
El colectivo Sélvame del Tren ha calculado que, al menos, 10 millones de
árboles han sido talados o removidos por la construcción del Tren Maya.
Deforestar ignorando la ley
Para que una persona, empresa o institución de gobierno federal, estatal
o municipal pueda desmontar o talar un terreno, la Ley General de
Desarrollo Forestal Sustentable establece que es necesario presentar
ante la Semarnat una solicitud de autorización de Cambio de Uso de Suelo
en Terrenos Forestales (CUSTF).
La Semarnat solo puede autorizar un CUSTF en casos excepcionales. En la
conferencia de prensa, Viridiana Maldonado, abogada del Cemda, recordó
que “la excepción solo aplica cuando esos cambios de uso de suelo no
comprometen a la biodiversidad ni provocan la erosión del suelo, el
deterioro en la calidad del agua o la capacidad de almacenamiento de
carbono de los ecosistemas”.
Al analizar las 18 autorizaciones de CUSTF relacionadas con el Tren Maya
que ha otorgado la Semarnat, las organizaciones encontraron que 16 de
ellas fueron autorizadas durante 2023, es decir, cuando ya habían
comenzado los trabajos y los terrenos ya habían sido desmontados.
Tren Maya_Cartocrítica
La política forestal prohíbe este tipo de prácticas que está realizando
Fonatur, como desmontar y luego buscar tener las autorizaciones”,
resaltó Maldonado. Incluso, la Ley General de Desarrollo Forestal
Sustentable señala que no se puede otorgar ningún cambio de uso de
suelo, durante los próximos 20 años, en las áreas donde se haya
realizado tala o desmonte sin autorización. “La Semarnat estaría
obligada a negar esas autorizaciones”, mencionó la abogada de Cemda.
Al analizar cuántas de las 6659 hectáreas que se han deforestado por las
obras del llamado Tren Maya fueron desmontadas o taladas sin contar con
una autorización de cambio de uso de suelo, CartoCrítica encontró que en
87 % esa superficie se quitó la cobertura forestal sin contar con CUSTF.
“Fonatur sí tiene algunas autorizaciones de cambio de uso de suelo, pero
no las suficientes… Las autorizaciones son pocas, incompletas y
tardías”, señaló Manuel Llano, director de CartoCrítica, organización
que desde hace más de un lustro promueve el acceso público a la
información socioambiental georreferenciada para, entre otras cosas,
conservar la diversidad biológica y cultural.
En su comunicado, la Semarnat asegura que aún tienen validez las
autorizaciones provisionales que se otorgaron amparadas en el decreto de
noviembre de 2021, cuando López Obrador declaró de interés público y de
seguridad nacional todas las obras y proyectos del gobierno federal,
entre ellas el llamado Tren Maya.
El 18 de mayo de 2023, la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró
como inconstitucional el decreto de finales de 2021. Cuatro horas
después, López Obrador publicó un nuevo decreto en el que, de nuevo,
establece como temas de seguridad nacional las obras del Tren Maya y el
Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
“Las autorizaciones provisionales otorgadas previo a la sentencia de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación no quedaron sin efecto, tal como
lo determina la propia sentencia, por lo que las obras del Tren Maya
continúan con apego al marco legal”, señaló en su comunicado la
Sermarnat.
Por su parte, en un comunicado publicado este jueves 3 de agosto, las
organizaciones resaltaron que las autorizaciones provisionales no
existen en las leyes ambientales, incluso, las autoridades judiciales
también han señalado que no pueden sustituir los procedimientos que sí
contempla la ley: los CUSTF y la Evaluación de Impacto Ambiental.
En las 18 autorizaciones que se han dado para las obras del tren maya,
Sergio Madrid destacó que no existió “una valoración del riesgo, una
revisión de los daños irreversibles. No es solamente una violación a lo
que las leyes del país ordenan, sino es la gravedad de no tener una
evidencia de lo que esta autorización implica”.
Manuel Llano, director de CartoCrítica, también resaltó que para los
tramos 6 (de Tulum a Chetumal) y 7 (de Bacalar a Escárcega) aún no se
tiene registrada alguna autorización de cambio de uso de suelo en
terrenos forestales. “Aun así, ya se ha deforestado”.
La Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) es la
dependencia que, de acuerdo con la ley, debería determinar si un cambio
de uso de suelo en terrenos forestales violó la legislación e imponer
amonestaciones, multas o suspensiones de las obras. “Se han presentado
varias denuncias populares y Profepa se ha mantenido pasiva”, denunció
Maldonado.
Mongabay Latam solicitó a Profepa una postura al respecto, pero hasta la
publicación de este texto no se tuvo respuesta.
Obras realizadas alrededor del Tren Maya, en el estado de Campeche.
Foto: Robin Canul.
La abogada de Cemda también recordó que el Código Penal Federal
considera como delito el realizar un desmonte o tala sin contar con una
autorización de cambio de uso de suelo. La pena por esta acción puede
ser de hasta nueve años de cárcel y la instancia encargada de investigar
si existe un delito es la Unidad Especializada en Delitos Ambientales de
la Fiscalía General de la República.
Los desmontes realizados por las obras del llamado Tren Maya “no solo
pasan por encima de la ley”. Sergio Madrid remarcó que la pérdida de
cobertura forestal también significa “la fragmentación de la selva, la
destrucción de hábitat de cientos de especies de flora y fauna, la
contaminación de acuífero, destrucción de cavidades subterráneas,
relleno de humedales, interrupción de flujos naturales del agua y la
destrucción de los medios de vida de las comunidades indígenas”.
Tren Maya
Desacato a una orden judicial
Desde octubre de 2021, los abogados de Cemda denunciaron que en las
obras del Tren Maya se estaban realizando cambios de uso de suelo en
terrenos forestales sin contar con autorización de la Semarnat. En esa
fecha presentaron ante el Juzgado Primero de Distrito en Yucatán los
resultados de un sobrevuelo realizado a lo largo de la línea del tren.
En ese momento, documentaron que se había desmontado, al menos, 144
hectáreas de selva maya.
Fue hasta mayo de 2023, cuando el Juzgado Primero de Distrito en Yucatán
ordenó a Fonatur suspender cualquier acto de tala o desmonte que no
contara con autorización de cambio de uso de suelo en los tramos 3 (Calkiní-Izamal),
4 (Izamal-Cancún), 5 norte (Cancún-Playa del Carmen) y 6 (Tulúm-Chetumal).
Para tomar esa decisión, el Juzgado señaló que “las autorizaciones
provisionales emitidas con base en el Acuerdo para la ejecución de las
obras de construcción de la vía férrea no suple las autorizaciones (de
cambio de uso de suelo) que implican un estudio técnico y científico
previo a la obra, que al no emitirse, pone en riesgo por sí solo al
ecosistema donde se desarrollará, porque permitiría el inicio de
trabajos sin conocer las repercusiones y daños que pueden ocasionarse
con ella, en la inteligencia de que en muchas ocasiones los daños
ambientales son irreparables”.
De acuerdo con los análisis de la organización, tan sólo en junio de
2023, en los tramos 3, 4, 5 norte y 6, se desmontaron o realizaron
trabajos de tala en 67.4 hectáreas sin contar con la autorización de
cambio de uso de suelo. “Hay una presunta ilegalidad y desacato por
parte de Fonatur y de quienes construyen las obras del tren en estos
tramos”, señaló Llano.
Los tramos 5 norte, 6 y 7 son construidos por la Secretaría de la
Defensa Nacional (Sedena).
La abogada Viridiana Maldonado también aseguró que “se están realizando
actividades de desmonte dentro de la Reserva de la Biosfera de Calakmul”.
Sergio Madrid recordó que la Península de Yucatán alberga a la Selva
Maya, el segundo bosque tropical más importante de América después de la
Amazonía. Además, en ese territorio se encuentra el sistema de cuevas
subacuáticas más grande del mundo. Ese patrimonio natural está en
riesgo: “Hoy en día existe un intenso proceso de deforestación en la
Península de Yucatán”.
Cada año, dijo, se deforestan entre 40 000 y 90 000 hectáreas en la
Península de Yucatán. Este “proceso dinámico de deforestación” se está
generando por los proyectos energéticos, turísticos, mineros,
inmobiliarios y agroindustriales que se impulsan en la región desde hace
unos 20 años. Este proceso, advirtió Madrid, se intensificará con el
llamado Tren Maya, el cual “va a interconectar y potencializar estos
proyectos”.
Semarnat se pronuncia sobre los datos
En un comunicado difundido poco después de que se presentó la
herramienta cartográfica sobre el Tren Maya, la Semarnat señaló que “el
estudio mostrado señala que son 6659 hectáreas totales susceptibles de
cambio de uso de suelo en terrenos forestales, cuando el total
registrado ante la Semarnat en las autorizaciones definitivas y
provisionales es de 3167.29 hectáreas”.
La dependencia aseguró que esas 3167.29 hectáreas representan “el total
de hectáreas oficialmente identificadas” con cambio de uso de suelo y
que todas cuentan con una autorización definitiva o provisional.
La Semarnat menciona también que la herramienta cartográfica
desarrollada por CartoCrítica considera “bancos de materiales que no
necesariamente forman parte del proyecto Tren Maya y que son propiedad
de privados que ofrecen servicio a diversos clientes”.
Ante la respuesta de Semarnat, CartoCrítica, Cemda y la Fundación
Heinrich Böll emitieron un comunicado en el que señalaron que la cifra
de 6659 hectáreas deforestadas por las obras relacionadas con el Tren
Maya se sustenta en la evidencia satelital. “Los datos presentados están
respaldados, metro a metro, con las imágenes satelitales utilizadas para
su cálculo”.
El comunicado de Semarnat señala que el estudio realizado por
CartoCrítica considera sólo 18 “autorizaciones definitivas” que suman un
total de 1727.70 hectáreas y no 889.9 que aseguran las organizaciones.
Sobre este tema, las organizaciones señalan que de acuerdo con la
información a la que se ha podido tener acceso, Fonatur ha solicitado 28
autorizaciones de cambio de uso de suelo en terrenos forestales (CUSTF),
de las cuales dos fueron desechadas, ocho están en evaluación y 18 han
sido autorizadas.
Las organizaciones señalaron que las 18 autorizaciones de CUSTF, según
los resolutivos respectivos, incluyen 1726.31 hectáreas. Sin embargo,
debido a que no toda la información es pública, para el análisis solo
fue posible acceder a la ubicación geográfica del 76 % de estas
autorizaciones (1314.42 hectáreas). “La superficie que no fue posible
georreferenciar es de 412.32 hectáreas y corresponde a una porción
exclusivamente del tramo 5”.
Al analizar las 1314.42 hectáreas que cuentan con autorización de cambio
de uso de suelo y que sí fue posible georeferenciar, “se llegó a la
conclusión de que, dentro del área de los polígonos autorizados, se han
deforestado 889.9 hectáreas… Eso significa que hay porciones de las
autorizaciones que, hasta junio de 2023, no han sido deforestadas”.
Estos datos, destacan las organizaciones, muestran que “se han expedido
Cambios de Uso de Suelo en Terrenos Forestales (CUSTF) que no fueron
utilizados y, al mismo tiempo, se han deforestado otras áreas para las
que no se cuenta con CUSTF”.
Las organizaciones también recordaron que muchos de los documentos sobre
el Tren Maya no son públicos, ya que el gobierno federal los ha
clasificado bajo el argumento de que son considerados como tema de
seguridad nacional.
*Imagen principal: Obras del Tren Maya en el Tramo 6, en Felipe Carrillo
Puerto, Quintana Roo. Foto: Thelma Gómez Durán
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