Luis García Montero recibe el Premio Internacional
Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2024
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La periodista Silvia Lemus, la subsecretaria de
Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura federal, Marina Núñez
Bespalova, y el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, entregaron
el reconocimiento al autor de Una melancolía optimista
García Montero recalcó la necesidad de construir relaciones que
provoquen puentes y no abismos
El autor recibió el equivalente a 125 mil dólares estadounidenses, un
diploma y una escultura diseñada por el artista visual Vicente Rojo
El escritor español Luis García Montero (1958) recibió hoy el Premio
Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma
Español 2024 que otorgan la Secretaría de Cultura federal y la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La periodista Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes; la subsecretaria de
Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México,
Marina Núñez Bespalova; el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, y
el escritor Élmer Mendoza, como representante del jurado, encabezaron la
ceremonia que se llevó a cabo en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de
Bellas Artes.
García Montero dedicó su texto de recepción, titulado Testigo del mundo,
a su amiga, la periodista mexicana Cristina Pacheco, quien falleció en
diciembre de 2023.
En su discurso, en el que hubo alusiones a escritores mexicanos como
José Emilio Pacheco, Rubén Bonifaz Nuño, Octavio Paz y Carlos Fuentes,
señaló: “Los periodistas que abren los ojos, afirmándose en la
información veraz de los hechos y los escritores que se preguntan cómo
viven esos hechos en las conciencias y los corazones de los seres
humanos son los testigos del mundo. Soy poeta, me sentí heredero, en la
Granada de la posguerra franquista, de Federico García Lorca, porque me
sentí testigo del mundo que lo había asesinado y que debía devolverla la
vida”.
Agregó que “hay quienes se sienten patriotas como un acto de prepotencia
y soberbia frente a los demás. Yo siento mi lengua y mi patria como la
identidad que me permite hoy estar en un mundo compartido con otras
identidades, otras maneras de sentir. Me gustan las relaciones que no
provocan abismos, sino puentes”.
No sin antes agradecer a la Secretaría de Cultura federal, a la
Universidad Nacional Autónoma de México, a la periodista Silvia Lemus y
a los miembros del jurado, García Montero culminó su intervención dando
lectura al poema Un idioma, que en una de sus estrofas dice:
“Más constantes que el odio y la avaricia,
más fuertes que el rencor y las prisiones,
más heroicas que el sueño de un ejército,
más flexibles que el mar,
han sido las palabras”.
Por su parte, la periodista Silvia Lemus, haciendo alarde de su vocación
periodística, interrogó al laureado a partir de una cita de Fernando
Pessoa “¿El poeta es un fingidor?”, inquirió. “Finge lo que siente”,
respondió García Montero. “¿Cuándo es poeta el poeta?”, continuó.
“Cuando el lector habita el poema”, reviró el escritor andaluz.
Lemus, viuda de Carlos Fuentes, se refirió al gran amor que tenía el
autor de La muerte de Artemio Cruz por la poesía y mostró una antología
de Pessoa que el escritor dejó sobre su mesa de noche.
Al hacer uso de la voz, en representación de la secretaria de Cultura
federal, Alejandra Frausto Guerrero, la subsecretaria de Desarrollo
Cultural, Marina Núñez Bespalova, destacó el tesón de Silvia Lemus por
proteger y difundir el legado de Carlos Fuentes, acciones entre las que
se encuentra este premio. De la mano con la UNAM y, a través de la
Dirección General de Bibliotecas, este reconocimiento se ha transformado
para no quedarse solo en la ceremonia de protocolo, sino para acercar la
obra de estos grandes autores a todos los públicos posibles, sobre todo
a las juventudes.
“La idea de un premio es reconocer a quien gana el galardón, pero
también recordar a quien le da nombre a este: Carlos Fuentes, uno de los
pilares de nuestra cultura, no solo mexicana, ya es parte de la cultura
universal. Es muy representativo que ganara Luis García Montero porque,
aunque no lo parezca, les une una línea que los lectores de ambos
seguramente descubrirán y es que no dejan de pensar en el lugar en el
que están, la gente con la que conviven, en su realidad; socialmente son
muy afines, reflexionan todo el tiempo, porque el ensayo es reflexión y
la poesía puede serlo, una reflexión más íntima, ambos lo logran, es un
puente que tienen de maneras muy distintas pero que finalmente acaban
siendo también la conciencia de un tiempo, un espacio y de nosotros”.
El rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, felicitó a García
Montero, “un poeta, crítico, ensayista, pensador y catedrático que
conecta con la resonancia emocional y la agudeza intelectual que
caracterizaban a Carlos Fuentes. Al igual que él es un traductor y
constructor de puentes entre culturas cuyo estilo renueva la visión de
quien lo lee. Su voz, diáfana y potente, ha meditado sobre la insondable
experiencia humana, tocando los corazones de miles de lectores a nivel
global”.
“Es una ventana hacia la diversidad que nos recuerda la magnitud
indispensable de la empatía y la solidaridad. Al recontextualizar a la
literatura como una herramienta poderosa para explorar, nos invita a
examinar nuestras certezas y a repensar un porvenir más justo e
inclusivo. Como él mismo lo dice en su magnífico ensayo, Inquietudes
bárbaras, ‘escribir es una forma de mantenerle el respeto al mundo’, una
idea que subraya cómo las letras además de describir la realidad y
hacerla transitable, también pueden transformarla”, agregó.
En representación del Jurado, el escritor Élmer Mendoza destacó la
importancia de que este premio honre tanto al laureado, como al mismo
Carlos Fuentes, pilar del boom latinoamericano. Asimismo, comentó cómo
las y los integrantes del Jurado encontraron características distintas
en la obra de García, que lo hacen merecedor a este premio. “La poesía
de García Montero es un legado que llevó a todos a ese viaje infinito
hacia sí mismos, legado para Hispanoamérica. Vivimos horas intensas que
se interrumpía por la comunicación por zoom y algunas pantallas se
hacían añicos. Poeta que se dobla y se desdobla para estar a la altura
de todo lo tachado y además dobla su sombra. Agrego que eres un poeta
que no se olvida de los aeropuertos, eres una polímata, un poeta
inquietante que tiene claro que en nuestro arte no se puede ser tímido”.
Además de Mendoza, el jurado estuvo integrado por las escritoras y los
escritores Beatriz Espejo, Rosa Montero, Fernando Fernández y Elena
Poniatowska, ganadora de la edición 2023.
Por mayoría, el jurado decidió otorgar el reconocimiento a García
Montero por “su extraordinaria capacidad de convertir la vivencia
individual en una experiencia colectiva, así como por la belleza, finura
y precisión de su lenguaje”.
El autor se convierte en la novena persona en ganar el premio. Se ha
reconocido anteriormente a Mario Vargas Llosa (2012), Sergio Ramírez
(2014), Eduardo Lizalde (2016), Luis Goytisolo (2018), Luisa Valenzuela
(2019), Diamela Eltit (2020), Margo Glantz (2022) y Elena Poniatowska
(2023).
La Secretaría de Cultura federal y la UNAM otorgan este premio
anualmente a escritoras o escritores que, por el conjunto de su obra
(escrita en español en su totalidad o una parte sustancial), hayan
enriquecido el patrimonio literario de la humanidad.
Fue instaurado en memoria del escritor mexicano Carlos Fuentes, autor de
clásicos como Cambio de piel y Terra Nostra. Busca reconocer el trabajo
de quienes, por medio de sus letras, enriquecen la literatura universal
con sus poemas, novelas, ensayos y cuentos. En un principio, su
periodicidad fue bianual; sin embargo, a partir de 2019 es anual por un
acuerdo entre la Secretaría de Cultura federal, la UNAM y la periodista
Silvia Lemus, viuda de Fuentes.
Semblanza de Luis García Montero
Luis García Montero nació en Granada, España, en 1958. Es escritor,
poeta, crítico y catedrático de Literatura Española por la Universidad
de Granada. Desde 2018 dirige el Instituto Cervantes.
Participó en el grupo de poesía contemporánea española La Otra
Sentimentalidad, al lado de Javier Egea y Álvaro Salvador. De joven
militó en el Partido Comunista de España y en la federación Izquierda
Unida.
Entre sus libros de poemas pueden destacarse Y ahora ya eres dueño del
Puente de Brooklyn (1980), Tristia (en colaboración con Álvaro Salvador,
1982), El jardín extranjero (1983), Diario cómplice (1987), Las flores
del frío (1991), Habitaciones separadas (1994), Completamente viernes
(1998), La intimidad de la serpiente (2003), Vista cansada (2008), Un
invierno propio (2011), Balada en la muerte de la poesía (2016), A
puerta cerrada (2017), No puedes ser así. Breve historia del mundo
(2021) y Un año y tres meses (2022).
Escribe en el poema El bar de siempre (2003):
De todos los lugares del pasado
la memoria prefiere,
en ese amanecer o en esa noche,
el rincón donde viven
los antiguos, inútiles futuros,
y me levanto de la mesa
de los buenos amigos
para abrazarme a lo que ya no existe,
para darle la mano a los remordimientos,
para cruzar por las conversaciones
donde se habla de mí,
de la parte más negra del infierno que soy,
de las mentiras de mi nombre,
de mi violencia
y mis asesinatos.
Su poesía juvenil fue reunida en el volumen Además (1994). Ha agrupado
también una selección de su obra en Casi cien poemas (1997), Antología
personal (2001), Poesía urbana (2002), Poemas (2004), Cincuentena
(2009), Ropa de calle (2011), Poesía. 1980-2015 (2015), La buena
compañía (2016), Poesía. 1980-2017 (2018), Una melancolía optimista
(2019) y Almudena (2024).
Se le han concedido los premios Federico García Lorca de la
Universidad de Granada 1980, Adonais 1982, Loewe de Poesía 1993,
Nacional de Poesía 1994, Nacional de la Crítica 2003, de la Crítica de
Andalucía 2008, Poetas del Mundo Latino 2010, Internacional de Poesía
Ramón López Velarde 2017, Carlo Betocchi 2020, Eugenio Montale. Fuori Di
Casa 2020, Internacional de Poesía Antílope Dorado Tibetano 2021, Poeta
de América. Carlos Pellicer 2023, Alma Marter. Violani Landi de la
Universidad de Bolonia y de la Crítica de Madrid (2023).
Se le ha concedido también la Medalla de Oro de Andalucía y el título de
Profesor Honorario y Académico Ilustre de la Universidad de Mar del
Plata, así como el honoris causa en la Universidad de Arequipa, en la
Ricardo Palma de Lima, en la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso y en la Universidad Nacional de Córdoba. En 2017 fue nombrado
Hijo Predilecto de Andalucía. En 2024, el Espacio San Lázaro de la
Cámara de Diputados de México le nombró figura excelsa de las Letras de
la Humanidad.
Como ensayista ha publicado El teatro medieval. Polémica de una
inexistencia (1984), Poesía, cuartel de invierno (1987), ¿Por qué no
es útil la literatura? (en colaboración con Antonio Muñoz Molina,
1993), Confesiones poéticas (1993), El realismo singular (1993), Aguas
territoriales (1996), Lecciones de poesía para niños inquietos (1999),
El sexto día. Historia íntima de la poesía española (2000), Gigante y
extraño. Las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer (2001), Los dueños del
vacío (2006), Inquietudes bárbaras (2008), Un velero bergantín (2014),
Un lector llamado Federico García Lorca (2016), Las palabras rotas
(2019), Un orden conflictivo. (La poesía de Jaime Gil de Biedma) (2019),
Prometeo (2022), La realidad de una esperanza. Galdós, la memoria y la
poesía (2023), Más flexibles que el mar son las palabras (2023) y
ediciones críticas de Federico García Lorca (Poema del cante jondo,
1992 y 2017), Rafael Alberti (Obras completas, 1988), Luis Rosales (El
náufrago metódico, 2005) y Carlos Barral (Cuaderno de Metropolitano,
1997).
Es también autor del libro de prosa narrativa Luna del sur (1992) y de
las novelas Impares, fila 13 (1996), escrita junto con Felipe Benítez
Reyes, Mañana no será lo que Dios quiera (2009), una biografía novelada
de Ángel González a la que se concedió el Premio del Gremio de Libreros
al mejor libro del año 2009, No me cuentes tu vida (2012) y Alguien dice
tu nombre (2014). Ha recogido selecciones de sus artículos literarios en
los libros La puerta de la calle (1997), La casa del jacobino (2003),
Almanaque de fabulador (2003), Una forma de resistencia (2012), Prometeo
(2022) y Más flexibles que el mar son las palabras (2023).
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